Alberto Alarcón nació en Piura, en 1949. Con fe y convicción, hace más de veinte años vive en Trujillo. Ha merecido premios y reconocimientos nacionales e internacionales, como Mención Honrosa en el IV Concurso Poeta Joven del Perú (1975); Premio Internacional de Poesía “Fundación Marco Antonio Corcuera” en 2003, que compartió con el poeta paraguayo Elvio Romero; y segundo puesto en el Concurso Nacional de Educación HORACIO el 2008. Asimismo, está produciendo textos imprescindibles para los niños y jóvenes hispanohablantes.
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Abejita Milú
“La abejita Milú y otros cuentos” (Infolectura, 2024) es un libro que con lenguaje asequible trasmite sabiduría. La abejita pierde su patín en la nieve. En su búsqueda suceden aventuras con el sol, la nube, el árbol y el hombre. Inicialmente este intentó acabar con la abejita sospechando un aguijonazo. Milú le explicó que quería recuperar su patín, pero implicaba molestar a los elementos de la naturaleza. El hombre respondió: “Tienes razón, amiga. No es necesario talar al Árbol viejo, ni pedirle al Sol que derrita a la señora Nieve, ni al señor Viento, que mueva a la señora Nube. Iré contigo a rescatar tu patín en donde se encuentre. Verte feliz será mi pago por la lección que acabas de darme” (p. 14).
En “El zorro envidioso y el cóndor” (p. 15) describe las ansias de plumas deseadas por el zorro que pretendió ser el señor de las cumbres. “La sirenita Omara” (p. 25) es un cuento antologable. Ella y un niño se conocen en una isla después de naufragar el barco en el cual navegaba él. Surge la solidaridad entre niño-sirena y superando naturaleza vencen las vicisitudes y llegan a Islas Canarias. Enhorabuena que Alarcón rescata la oralidad (Huancacarpa), citando a la pastora, quien, mientras sus ovejas pastaban, escondía la lana para no hilar. Una tarde debido a su pereza se transforma en piedra y sus ovejas también (p. 33). Además, destaca “El pétalo y la araña” (p. 41). En este, un pétalo aterriza en la tela de una araña. Ambos elementos (floral y arácnido) se interrelacionan haciendo su vida sostenible. Desaparece lo antagónico cuando la araña por magia se vuelve poeta.
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Zoonetos
En “Zoonetos” (Infolectura, 2024) el poeta Alberto Alarcón nos presenta treinta sonetos bien estructurados y dedicados a animales, escritos en la forma que muy bien domina: sonetillos octosílabos. Recordemos que “zoológico” viene del griego zoo, que significa “animal”, y el sufijo “logia”, igual a estudio. Por lo tanto, es una diversidad de contenidos sobre animales que habitan la tierra en diferente hábitat, interactuando con otras especies y elementos. Igualmente, el poeta usa el soneto (neto) y nos ofrece el libro poético “Zoonetos”. Cada poema tiene 14 versos, aunque no endecasílabos, sino octosílabos. Estos se dividen en dos cuartetos y dos tercetos. En la mayoría de estos se denotan la introducción, el desarrollo y una conclusión.
Contenido
En “La Abejita Milú” y “Zoonetos”, el poeta Alarcón inculca valores muy urgentes en la sociedad actual. Usa la pedagogía y didáctica. No solo entretiene con la sonoridad de la rima, ni divierte con la descripción, sino que, además, con maestría supera la realidad, y, dosificando fantasía conmueve con sabiduría. “Zoonetos” son breves elegías a algunos animales a los cuales se les clasifica de acuerdo a su alimentación, comportamiento, anatomía y evolución. Este poemario es la celebración de las especies, vertebradas o invertebradas, por cuanto con ironía festejan y encaran los malos hábitos de los humanos.
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Herbívoros
Animales que se alimentan de vegetales: vaca lechera “Con la leche color de nieve / Y carne que nadie debe/ Negarle al pobre en querellas /. Si hay un premio solo quiero / Se haga un bolso con mi cuero/ Para llenarlo de estrellas” (p. 43). El cuy “Mi carne es una ambrosían / para el que sabe comer / Nada en mí se ha de perder: / Patitas, rabo y costillas” (p. 63). El caballo “De las bestias caballares. / Hermoso como no hay otro / Que el solo mirar un potro / Es para gozarlo a mares” (p. 21). Y, el Toro de lidia “Toro de lidia me nombran / Los que cultivan mi raza. / Soy aquel a quien traspasa / La espada de los que asombran / Con sus “artes”: los toreros /. ¡Ay de mí! Mientras embisto / Sangro como el propio Cristo, / Y entre grita y burladeros” (p. 49). Estos animales por su comportamiento pueden ser domésticos al cuidado y alimentación de los ciudadanos.
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Carnívoros
Son carnívoros los animales que se alimentan de carne, y Alarcón ha escrito los sonetos al zorro, al lobo, al hombre como “Animal tras cuyas huellas / van los otros animales, / El que inventó los cristales / Para hurgar en las estrellas /. El hombre, animal rebelde, / El campeador que defiende / su condición de sagrado / Y al que —según se ha sabido— Podrán verlo destruido, / Pero…jamás derrotado” (p. 67).
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Otros
Alarcón también se ocupa de los “omnívoros”, que se alimentan de animales y vegetales: la Tortuga “Yo no critico la prisa, / Pero tampoco la alabo. / El hombre se ha vuelto esclavo / Del apremio que esclaviza” (p. 39), entre otros. Asimismo, el vate ha escrito sobre los “carroñeros” (cóndor), de los “mamíferos” poetiza al lobo, de los insectos a la hormiga. Estos últimos aún no domesticados por las personas. Leer estos textos es humanizarnos más, y es urgente.
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