Augusto Higa: "Fui un migrante que fracasó en Japón"
Augusto Higa: "Fui un migrante que fracasó en Japón"

Antes de viajar a Japón, en agosto de 1990, Augusto Higa laboraba como escritor, periodista y, alternativamente, como docente. En la prefectura de Gunma, el autor cambió la pluma por el trabajo de obrero, dejó de dar clases para ser dirigido por un superior en la fábrica Sawa Fuji, mientras esperaba la bonanza económica y descubrir su identidad como nikkei. Su historia, y de quienes lo acompañaron en su estadía, queda retratada en su testimonio "Japón no da dos oportunidades".

Uno de los motivos de su viaje a Japón fue el tema económico; sin embargo, esto cambia. ¿Qué significó esta necesidad de identidad para usted? 

Además de la crisis económica de 1990, otro de los atractivos del viaje era encontrar mi propia identidad. Lo que encontré en Japón fue que era discriminado. Formábamos parte de la masa marginal trabajadora. Nuestros usos y costumbres, latinoamericanos, fueron reducidos.

Usted explica que fue reacio al tema del idioma, del que tenía cierto conocimiento, o costumbres. ¿Qué cambió para que se sienta así? 

Era porque fuimos discriminados. Nunca pertenecimos a la fábrica, sino a la gente de trabajo. Además de eso, no teníamos seguro social, jubilación. Estábamos disminuidos frente al trabajador local. Eso nos genera rechazo, sentimientos de injusticia o expatriación.

¿El resarcir económico valió el sacrificio? 

Trabajar en Japón, a pesar de estos descubrimientos y maltratos, al final, nos generaba un sentimiento de asombro, felicidad y bonanza. Con lo que ganábamos nos alcanzaba para enviar dinero a Lima. Eso no ocurría cuando vivíamos en Perú, ni con todo el salario del mes. Nosotros decíamos: "Para trabajar no hay como Japón, pero para divertirse no hay como Lima".

¿Este libro fue una forma de darle voz a las personas con las que convivió?

Exacto, eso me permitió, por primera vez, empezar a tratar el tema de descendientes de japoneses. Este libro es una especie de parteaguas sobre el cual, posteriormente, seguí la línea. Fue allí que rendí mis mejores frutos, con estos personajes de un mundo dividido, no aclimatado. El tipo de personaje nikkei que yo narro, que trato de identificar, es el que no se siente cómodo con Japón o Perú. A pesar de la estructura del trabajo de esta crónica testimonial, se siente el sabor criollo de los personajes.

¿Fue Japón el "Sueño Americano"?

Mi caso fue el de un testimonio que lleva su vida de migrante a Japón, pero que fracasa. Hay otros que duran muchos años allá. Esos son triunfadores. Mi caso es el de una derrota.

Perfil

Augusto Higa, escritor

Ha publicado los libros "Que te coma el tigre" (1977), "La casa de Albaceleste" (1987), "Okinawa existe" (2013), "Final del Porvenir" (1992), "La iluminación de Katzuo Nakamatsu" (2008), "Gaijin" (2014) y "Saber matar, saber morir" (2014).

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