El escritor mexicano cerró la reciente FIL Lima 2023 con la presentación de su antología poética “Pasar Inadvertido”, libro con el que reafirma su pasión por ese género literario
El escritor mexicano cerró la reciente FIL Lima 2023 con la presentación de su antología poética “Pasar Inadvertido”, libro con el que reafirma su pasión por ese género literario

El escritor mexicano Benito Taibo admite sin pudor que es mucho más conocido por su narrativa que por su poesía, y por eso, “Pasar Inadvertido (Seix Barral), la primera antología poética que reúne su trabajo en el género entre 1976 y 2022, le permite reafirmar ante el lector una de sus pasiones que le permitió acuñar una frase contundente: “la poesía es el perfume de las palabras”.

“Tenemos la cabeza llena de palabras, y la poesía necesita que las metas en un alambique y vayan saliendo solo las justas, las precisas, las necesarias, ni una más ni una menos, ni las palabras rimbombantes, ni las crípticas, creo en la poesía como una piedra que choca contra otra piedra”, dice el autor de “Persona normal”.

Hay quienes creen que hay que buscar la palabra más difícil, más rara, para que digan, qué lindo escribes, que buen poeta eres...

Qué inteligente es, ¿no?. Yo escribo sin diccionarios en la mano, José Emilio Pacheco, el gran poeta mexicano, Premio Cervantes, un tipo esplendoroso, me decía: Benito, te voy a regalar un lápiz, muy largo que tenga mucha punta y mucha goma, para que escribas mucho y borres mucho, y hay que borrar todas esas palabras innecesarias, rimbombantes.

Es difícil escribir poesía ¿No?

Sí, claro. En el arte de las palabras, con todas las implicaciones de la dramaturgia hasta la narrativa pasando por donde quieras, yo creo que la más difícil de todas es la poesía, porque es la que tiene que estar más pensada, más reposada, más llevada hacia su centro.

¿Y crees que se lee poesía en estos tiempos modernos?

¿Sabes qué? Que sí. Y que se lee cada vez más. Hice un experimento ya hace dos años, me dediqué en Instagram a leer un minuto de poesía todos los jueves, y hoy me están oyendo entre 14 a 15 mil personas, cada jueves, eso para la poesía es un montón. Cuando saqué este libro de poesía muchos editores dijeron, y se sigue diciendo, no se publica poesía porque no se vende, ese es el paradigma. Yo les dije, por qué no probamos y te puedo decir que ya llevamos tres ediciones. Puedo decir a ciencia cierta que son mis lectores de novela escritas para jóvenes, los que están leyendo poesía.

Para escribir poesía, narrativa, hay que leer mucho, nada de me matriculo en un taller y listo...

Eso es como la lectura rápida, que se puso de moda, hace algún tiempo. Woody Allen decía una frase maravillosa en una película: “me inscribí en un curso de lectura rápida y leí “La guerra y la paz” en veinte minutos, creo que trataba de algo sobre Rusia”. Esa es la respuesta. No se puede ser un escritor, no se puede ser un poeta, siempre y cuando no seas un lector. De ello estoy absolutamente convencido, tienes que ser un lector para poder ser lo que quieras ser después.

¿Y ha ido cambiando con el tiempo tu proceso de creación de tus libros, ya sea poesía o narrativa?

Con disciplina siempre.  Las musas no existen, pero si existen más te vale que ya estés trabajando cuando esté allí. Soy amigo de los García Márquez, de los hijos y más de una vez yo amanecí en esa casa después de alguna fiesta, y a las ocho de la mañana, Gabriel estaba escribiendo. Me explico, pasara lo que pasara…

Otro grande como Mario Vargas Llosa  también tiene un horario estricto para escribir.

Porque es un oficio, y el que  piense que no lo es y que solamente es un tema de inspiración está completamente equivocado. Yo me he sosegado mucho  con el paso del tiempo, antes era mucho más de dedo mojado con la saliva y puesto al aire para ver hacia dónde dirigía mi espacio. Pero ahora soy más de mapa, de brújula, de compás.

Sigues pensando que si un libro no te atrapa hay que dejarlo.

Sin duda,  porque no saben contar una historia, hay un montón de improvisados, y es muy fácil caer en su trampa. Pero también hay lectores que se van profesionalizando, los lectores van aprendiendo de lo que van leyendo, y exigiendo cada vez más al libro que tienen frente a sus ojos, y cambiándolo, si aquel libro no les está cumpliendo las expectativas.

Entonces no hay que tener pudor y que no nos duela cambiar un libro sin terminar por otro.

No, déjalo, hay más libros que estrellas, por Dios, déjelo. Yo era muy estalinista en ese sentido, tenía que terminarlo, hasta que un día dije, hasta aquí llegué, y hago la prueba de las 50 primeras páginas, sino me capturan las 50 primeras, voy por el siguiente.

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