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El periodista argentino Bruno Bimbi fue uno de los responsables de la estrategia política que llevó a la conquista del matrimonio igualitario en su país.

En su libro El fin del armario (La Travesía, 2018), editado por primera vez en el país, explora los matices de la vida de las personas gay, desconocidos para la mayoría de los ciudadanos, y los prejuicios que aún se mantienen, además de romper los mitos más sonados que envuelven a la comunidad LGTB.

¿Por qué el nombre El fin del armario?

La experiencia del armario para los homosexuales es tener que esconder su orientación sexual. Mentirle a la familia, a los amigos, disimular ante la sociedad quién es verdaderamente uno. “El fin del armario” es una expresión de deseo, de que por fin esto se termine. A la vez, es una constatación de que el armario de a poco está llegando a su fin.

¿Cuál de todas las historias que cuentas te impactó más? 

Me impresionó mucho el caso de una chica de Ecuador: Zulema. Ella confiesa a su familia que es lesbiana y que tiene una pareja mujer. Sus padres no lo aceptan y comienza un conflicto. Cansada de esto, la ecuatoriana opta por irse de su casa. Pasado un tiempo, sus padres la citan en un restaurante para después doparla y secuestrarla. Zulema estuvo recluida en un centro donde pretendían “curarla” de su homosexualidad.

¿Qué tan difícil es ser homosexual en el siglo XXI? 

En muchos países es muy difícil. Sigue existiendo homofobia en la sociedad, menos que antes, pero todavía hay violencia, discriminación y mucha gente sigue estando en el armario, porque a veces los mismos padres no aceptan a sus hijos. Por ejemplo, Brasil tiene hoy los mayores índices de violencia, más de 350 a 400 crímenes por odio al año: personas asesinadas no por un acto de inseguridad común, sino por ser homosexuales o transexuales.

¿Cómo crees que podríamos acabar con los prejuicios hacia la homosexualidad?

El mejor camino es el reconocimiento de derechos. Cuando Argentina aprobó el matrimonio igualitario, produjo un cambio cultural. Esto permitió que miles de personas salgan del armario y que la sociedad sepa de qué se trataba esto. El pensamiento cambia y esa imagen horrible de los gays se va. Ser homosexual no es algo inmoral, anormal, no es como suele pensar la gente. No se elige, no se aprende, no se cambia y no hay nada de malo en eso.

¿Qué necesita el Perú para mejorar esta situación? 

Si yo tuviera la oportunidad de hablar con el Presidente del Perú, le diría que debería presentar al Congreso un proyecto de ley para legalizar el matrimonio civil entre personas del mismo sexo. No la unión civil, porque no necesitamos derechos de segunda categoría, sino el matrimonio, igual a cualquier otro matrimonio. No existe ninguna razón para que se llame de otra forma. Con esto, el Presidente ayudaría mucho a reducir la homofobia, la violencia y el sufrimiento de mucha gente. No perjudicaríamos en nada a los otros. El resultado sería: ciudadanos más felices con derechos y una mejor vida.