En conclusión, el objetivo primordial de la literatura infantil es brindar experiencias y vivencias estéticas relacionadas con la sensibilidad de los niños.
En conclusión, el objetivo primordial de la literatura infantil es brindar experiencias y vivencias estéticas relacionadas con la sensibilidad de los niños.

Continuando con nuestros aportes a la enseñanza y práctica de la lectura para niños, desarrollamos ahora el tema sobre el modo de ser de la literatura infantil en nuestras instituciones educativas.

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PRESUPUESTOS Y SUPOSICIONES

Hay muchos presupuestos y suposiciones que tergiversan y oscurecen el modo de ser y aplicación de la literatura infantil. Se cree, por ejemplo, que la literatura infantil designa el quehacer o actividad literaria producida o realizada por los niños, como si ellos estuvieran en condiciones de crear o componer textos u obras literarias.

También se cree que esta actividad puede ser creada por los adultos, generalmente los maestros y padres ganados por la inquietud, gracia o ternura de los niños. Asimismo, mucha gente piensa que la literatura infantil consiste en proveer al niño de resúmenes o adaptaciones de obras famosas existentes en el mercado, sobre todo si están acompañadas de dibujos o ilustraciones a colores. A esto se suma la creencia de que la literatura infantil es producida por escritores “de segunda línea”, que no gozan de mucho reconocimiento social y cultural, en comparación con los autores célebres o famosos. Dentro del propio quehacer pedagógico se piensa que la literatura infantil debe contener mensajes y correctivos enseñantes y moralizantes.

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UBICACIÓN Y ÁMBITO

La literatura infantil, como realización particular de la literatura general, genera determinados problemas de ubicación y ámbito en el nivel de la educación formal o sistemática.

Normalmente y de manera incomprensible se la ubica en la Educación Inicial, cuando los niños aún están en proceso de adquisición y consolidación de su lengua materna, la cual, por su naturaleza neurológica, en realidad, empieza a formarse alrededor de los cuatro meses en el vientre materno y empieza a manifestarse a partir del nacimiento, en la etapa llamada prelingüísitca, porque el niño aún no puede pronunciar completamente las palabras. Este proceso de formación se proyecta hasta los ocho años y en ocasiones hasta los 10 o 12 años, cuando el niño va concluyendo la educación primaria.

Esto significa que, en realidad, la literatura infantil debe incentivarse y practicarse especialmente en la educación primaria mediante la lectura y producción de textos de complejidad paulatina y creciente. Según lo expuesto, debe ubicarse aproximadamente entre el término de la educación primaria y la secundaria.

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LA LITERATURA INFANTIL NO ES LA LITERATURA ESCOLAR

Otro riesgo bastante frecuente es la confusión entre literatura escolar y literatura infantil. Y hay que tener claro que la literatura escolar se practica como quehacer didáctico o pedagógico, y se manifiesta en prácticas y actividades que también forman parte de una didáctica folclórica, tradicional o empírica; por ejemplo, que los niños averigüen el significado de las palabras en el diccionario, desarrollen cuestionarios y descubran mensajes, lecciones y valores.

Y debe tenerse en cuenta que la literatura es de impacto emotivo, relacionado con el gusto y el interés, mientras que las actividades escolares que siguen a las lecturas, por su carácter principalmente cognoscitivo e intelectual, están en contra de las vivencias emotivas y estéticas, base de las artes en general.

En conclusión, las actividades de composición o el descubrimiento de mensajes y valores que siguen a las lecturas escolares, en realidad corresponden a la creatividad literaria, que no es lo mismo que literatura infantil o juvenil, aunque haya ciertas relaciones y parentescos.

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¿QUÉ ES ENTONCES LA LITERATURA INFANTIL?

El distinguido maestro, estudioso e investigador de la literatura infantil latinoamericana, el ecuatoriano Manuel Delgado Santos, en su fundamental libro “Ecuador y su literatura infantil”, ha caracterizado a la literatura infantil con los siguientes rasgos distintivos, que gozan de general aceptación en la teoría literaria y en la práctica pedagógica:

La literatura infantil —dice— es una actividad de primordial y alto nivel estético; no es para resolver cuestionarios o tareas escolares ni para descubrir enseñanzas moralizantes o didácticas.

También señala expresamente que la literatura infantil debe contribuir al desarrollo estético, sensitivo y lingüístico de los niños.

Asimismo, explica que los dibujos e ilustraciones cumplen una función motivadora, para promover la atención y el interés, pero de ninguna manera deben remplazar a la creación literaria propiamente dicha. También advierte que la literatura infantil no debe consistir en proporcionar al niño versiones resumidas o adaptadas de las obras o textos famosos, aunque en ocasiones pueden utilizarse como medios para después acceder a las versiones originales,

En conclusión, el objetivo primordial de la literatura infantil es brindar experiencias y vivencias estéticas relacionadas con la sensibilidad de los niños.

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CONCLUSIONES

Siguiendo a otro notable teórico e investigador, el venezolano Efraín Subero, se llegan a las siguientes conclusiones sobre la literatura infantil: afianza y enriquece la experiencia sensitiva de los niños; combina lo emocional con lo intelectual; proporciona oportunidades para conocer y afianzar valores regionales, nacionales y universales; estimula el desarrollo de la imaginación y perfecciona el sentido estético; contribuye a formar buenos hábitos de lectura; enriquece el aprendizaje y desarrollo de la lengua.

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