El español realiza un trabajo único y estuvo en la ciudad de Trujillo.
El español realiza un trabajo único y estuvo en la ciudad de Trujillo.

Carlos Fernández López es PhD por la University College London (2021). Con Valentino Gianuzzi publicó César Vallejo: textos rescatados, César Vallejo en Madrid en 1931, Imagen de César Vallejo: iconografía completa: 1892- 1938, Sobre El Tungsteno de César Vallejo y y la revista Cultural Infantil. Ambos coordinaron la exposición La Bohemia de Trujillo, 100 años después. Recién ha publicado César Vallejo, Trilce y dadá París: huellas de un estímulo silenciado. Estuvo en Trujillo y comparto sus respuestas.

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¿Cómo inició la investigación de las cartas de Vallejo?

Valentino Gianuzzi y yo venimos haciendo una labor de investigación de archivo sobre Vallejo desde hace más de 15 años. En un primer momento las cartas estaban en un documento digital que Valentino y yo usábamos como documento de trabajo, para compartir información, anotar algunas cosas y hacer búsquedas rápidas en los escritos de Vallejo. Durante nuestras investigaciones de archivo comenzamos a reunir cartas que no se conocían y las íbamos incorporando al documento maestro. Una vez que tuvimos varías cartas nuevas, decidimos preparar una nueva edición. Decidimos retranscribir las cartas nuevamente de los documentos originales —teníamos copia de la mayoría de ellos—, corregir los textos y anotar los documentos profusamente, tratando de seguir los estándares de ediciones de cartas de escritores.

¿Las cartas de Vallejo son “cartas literarias” o hay variantes?

Como notamos en la introducción, son pocas las cartas “literarias”. Hay muy pocas cartas en las que Vallejo hable de su obra, o de la obra de otros. La mayoría de estas cartas “literarias” son las que les dirige a los jóvenes poetas que lo admiraban. Pero en comparación con otras correspondencias, la de Vallejo es muy escueta en información propiamente literaria.

¿Existe vinculación entre las cartas y la obra poética?

No hay una conexión evidente entre cartas y poesía, pero algunos paralelos se pueden colegir. Son interesantes las referencias en las cartas a algunos problemas que inspiraron poemas, por ejemplo, cuando estuvo internado en el hospital en 1924 (en esto se inspira el poema en prosa “Las ventanas se han estremecido”) o la carta a su hermano en la que dice soñar que su madre está viva aún y que la verá cuando regrese a Santiago de Chuco, que tiene un paralelo con el poema “Esta noche desciendo del caballo” o “Madre me voy mañana a Santiago” de Trilce, y más patente con el cuento “Más allá de la vida y la muerte”.

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¿Hay cartas con autores de Rusia, Francia…?

Son pocos los intercambios conocidos con escritores de Francia y Rusia. Entre las cartas nuevas hay una breve carta a Tristan Tzara y una carta posiblemente dirigida a Bruno Jasienski, el escritor polaco. Las cartas con el hispanista ruso Fedor Kelin se incorporan a su correspondencia por primera vez en nuestra edición. Estas 13 cartas (12 de Vallejo y una de Kelin) son las más interesantes por lo que nos permite saber de Vallejo entre 1932 y 1935, que es una época de poca información biográfica. Gracias a ella sabemos ahora que Vallejo quería viajar a la URSS por cuarta vez, y quizás para establecerse ahí, sin conseguirlo.

¿Al leer las cartas, se puede construir la biblioteca de Vallejo?

Como hemos dicho, las cartas literarias son pocas. Podemos identificar algunos títulos de libros en las cartas, pero son muy pocos como para poder hacer una biblioteca, incluso mínima. Para eso es mejor acudir a sus artículos, donde Vallejo cita o hace referencia a muchísimos más escritores y obras.

Vallejo casi no se refiere a sus libros, no da pistas, genera más intriga.

Como sabemos, Vallejo estaba en contra de un secreto profesional. Yo diría que es más bien su preocupación por la vida, por las experiencias vitales, la razón por la que Vallejo no discute literatura en sus cartas. Estas eran un modo de comunicación práctico, no un tipo de escritura ensayística o autoreflexiva.

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¿Cuál sería el perfil de Vallejo luego de leer sus cartas?

Eso es algo sobre lo que también escribimos en el prólogo. La mayoría de las cartas (cerca de un tercio) están dirigidas a Pablo Abril de Vivero. Estas pintan a un Vallejo agónico y sufridor, que es solo una faceta de su vida. En estos casos el destinatario era el que dictaba el tenor de la carta, y como Vallejo solía pedirle favores a Abril de Vivero, las cartas tienen ese tono. Es arriesgado hacer un perfil de alguien basándose en un corpus de documentos con estas limitaciones y por tanto es preferible no hacerlo. Lo importante es ser consciente de que, como todos, Vallejo era multifacético y contradictorio, y que su personalidad cambia a través de los años.

Al leer a Vallejo parece que lo escuchamos.

Algunas cartas son muy íntimas, y tienen un tono de empatía. Sobre todo, las que les escribe a sus hermanos o a sus amigos cercanos: a Óscar Imaña, a Juan Larrea. De las cartas nuevas hay algunos fragmentos que le dirigió a Georgette Philippart que revelan un nivel de intimidad que pocas se había visto en Vallejo.

¿Qué contiene “César Vallejo, Trilce y dadá París: huellas de un estímulo silenciado”?

El libro, aparecido en Tamesis Books hace dos meses, trata de arrojar nueva luz sobre la enigmática transformación poética de César Vallejo en el camino a Trilce. En los próximos meses, se publicará una edición peruana.

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