“Deambula el otoño” por su condición textual es un conjunto de poemas y crónicas (prosa) como leemos en el poema “Los músicos chinos en calles de Santiago”.
“Deambula el otoño” por su condición textual es un conjunto de poemas y crónicas (prosa) como leemos en el poema “Los músicos chinos en calles de Santiago”.

Carlos L. Orihuela (Tarma – Junín), poeta, narrador, crítico literario y profesor universitario. Obtuvo el grado de Licenciado en Literatura por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, y los de Maestría y Doctorado por la Universidad de Pittsburgh (Estados Unidos). Ha publicado: “Dimensión de la palabra” (1974, poesía), libro con el cual obtuvo el primer premio en el concurso de poesía “IV Centenario de la Fundación de Huancayo”, convocado en 1972 por la Municipalidad Provincial de Huancayo. Posteriormente, “Abordar la bestia” (1986), “Nube gris” (2002), “Abordajes y Aproximaciones”, “Ensayos sobre Literatura Peruana del Siglo XX (1950-2001)” (2009) y “Valle de entonces” (2012, narración). Publicó las plaquetas “Asfixia” (2022) y “En Mama Huari, aquella vez” (2023). Recientemente puso en circulación el libro de poemas “Deambula el otoño” (Hipocampo Editores, 2024).

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Entretiempo

Revisando la data de sus libros publicados, nos cercioramos que Orihuela ha venido trabajando silenciosamente y, sin alarmas ni autobombos, las dos últimas décadas, paralelamente en sus proyectos creativos y académicos, como lo es la publicación de su libro “Abordajes y aproximaciones. Ensayos sobre literatura peruana del siglo XX (1950-2001)”. Desde mediados de los años setenta no lo hemos perdido de vista, porque siempre su poesía la hemos considerado sostenible, insular y apartada de la verborrea de la poesía de fines de la década del setenta.

Otoñal

“Deambula el otoño” consta de 120 páginas y está compuesto por 24 poemas de diverso registro y extensión. Su estructura no consta de capítulos, partes o estancias, como sí lo hizo en su poemario “Nube gris”, en el cual Orihuela reunió tres partes: exilios, signos y nube gris, textos que escribió en los EE UU. En suma, este poemario tiene que ver con la condición del migrante y sus reminiscencias sobre el país de origen, como lo evidencia desde el mismo título, tomado del conocido vals peruano. Ahora, en “Deambula el otoño”, no obstante, la carencia de límites capitulares, su índice general, indica que tiene como ejes-temas al autoexilio y la adaptación a una ciudad en tierras lejanas, y además expone su diálogo existencialista con el devenir de los años.

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Contexto

Si consideramos que “La poesía peruana de los 60 y 70: Dos etapas en la ruta hacia el sujeto descentrado y la conversacionalidad” la poesía de Orihuela estaría en la forma conversacional y lírica que nos otorga los lugares de procedencia e influencia del cosmos que se habita. Es por eso que, en “Deambula el otoño”, desde la carátula del libro, el poeta nos describe ese bosque sugerente de símbolos, de imágenes, de colores y claroscuros que, en cada paso o lectura, nos brindará una nueva luz, una esperanza. Es una sensibilidad atenta a la naturaleza y al hombre transeúnte que, como ha declarado el poeta y catedrático, surgió en su infancia en Tarma, esa hermosa comarca de los andes centrales peruanos.

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Textos

“Deambula el otoño” por su condición textual es un conjunto de poemas y crónicas (prosa) como leemos en el poema “Los músicos chinos en calles de Santiago”. Aquí, el poeta se desdobla en una dialéctica poética trazando su ruta en el horizonte de tiempo, “mapa totémico, rutas atávicas, rastros que te atrapan”. Y nos dice luego, más conmovedor, integrado y más humano: “Hice de esta ciudad un remedo: / piedras lineales, rutas equívocas, / puntuales campanadas, / soledad en la canícula, / mi infancia tras el muro ilusorio” (p. 47). El poeta persiste en sus creaciones poéticas a través de un lenguaje accesible, fresco y discreto para destejer detalles, los nervios humanos e, similarmente, dentro del otoño descubrir la emotiva tradición oral de nuestra cultura múltiple y trascendente.

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Expresión personal

Orihuela reúne poemas de variedad formal, enriquecidos por la experiencia en la escritura y la memoria; son poemas de largo aliento, pero también de versos cortos. Hay innovación sugerente en las formas textuales- Creemos que su aporte más importante es, sin duda, el haber incorporado en la poética conversacional una buena proporción de elementos provenientes de los dialectos marginales, pero con una poesía vitalmente fresca. Desde el poema inicial “Esclarecerlo todo” (p. 13) anuncia al lúdico Platón, el lado despierto de la energía formal de Spinoza. En “El poema Cantiga” (pp. 22-29), conformado por versos cortos, sintéticos y de condición lírica, nos demuestra, así como en el texto “Cosa de espejos” (pp. 36-45) nos anuncia su objetividad escritural. El poema “Recordar ahora” (pp. 108-110) termina con el poema “Voces” en versos cortos nuevamente, y concluye con la composición “Tu voz escrita a apartada” (p. 116).

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Resumen

“Deambula el otoño” nos da fe que, a pesar del tiempo, la melancolía, la poesía es un acto de dignidad, una forma de resistir con belleza y conciencia. Orihuela nos invita a no temerle al otoño, sino a deambular con él, como parte natural de la vida y del alma poética. Hay que entender al otoño como metáfora del tránsito vital. El título sugiere ya una estación de cambio, de contemplación. Orihuela utiliza el otoño como símbolo del declive del cuerpo, de las emociones, del tiempo, pero también como época de maduración poética y esperanza en el cambio de estación. Enhorabuena.

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