Casimiro Ramírez Tenorio (Jaén, 1962). Poeta, novelista y editor, estudió en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, graduado en Literatura. Es director de la revista y editorial Bracamoros. Finalista del XXI Bienal de Cuento en Premio Copé 2020, Primer premio del Concurso de Novela Infantil Altazor, 2013. Segundo Premio poesía infantil Bienal ICPNA, 2013. Finalista Copé de poesía 2013. En narrativa publicó: La novia del caballo (2020), El oconal, laguna de los dioses (2012), Juan Osito en el valle de las serpientes (2014), Peladito y el agua milagrosa (2021), El compadre zorro y otros cuentos (2022). Ramírez es un escritor que merece mayor atención en la literatura infantil y juvenil del Perú.
VER MÁS: Jorge Chávez Peralta y sus veintiún escritores liberteños
1. El compadre zorro
En “El compadre zorro y otros cuentos de Colasay” (2022), Ramírez rescata la oralidad de su región y con buen hilo narrativo, recupera al ícono zorro que con apoyo de su compadre cóndor asciende a la fiesta del cielo. Retardó en volver a tierra y padeció en el descenso. Entre otros textos, incluye a “Los malmandados”, relato de alegoría del amor materno; una anciana vive al otro lado de la montaña con sus tres hijos que parten en busca de un futuro mejor. En “El grillo y el león” el insecto se enfrenta a un sarcástico león, ante la expectativa de la mayoría de animales selváticos. Iniciado el conflicto todos esperaron para ver qué sucederá. El libro concluye con “Awju, la mujer de la luna”, adaptación del mito awajún que es una revaloración a las investigaciones de Efrain Morote.
PUEDE LEER: Un libro que nos enseña a hablar y escribir nuestro idioma
2. Peladito
En la novela “Peladito y el agua milagrosa” (2021), Ramírez Tenorio ratifica su calidad narrativa para niños y jóvenes. La historia reivindica al perro peruano (El viringo), perro calato, perro chimú que integra las familias peruanas. Fue reconocido como Patrimonio del Perú. Desde el capítulo 1, describe en los fragmentos de “un perrito sin pelo” abandonado en un parque, y que fue encontrado por el infante Leonardo. Él con su hermana Rocío lo integraron a su familia, obtuvieron la aprobación de sus padres, aun cuando su casa era pequeña.
LEER AQUÍ: Diana Chávez, entre adobes y ladrillos
Escenas. El viejo veterinario es el personaje que representa a la maldad, es quien acosa y pretende al “Peladito”; no obstante, se le confió el cuidado ante el malestar inicial del padre de Leonardo. Luego, es aceptado por todos, hasta que nace la intriga de si “peladito” anteriormente se había llamado “oficial” (p. 28). Felizmente no se leyó bien el aviso que anunciaba recompensa como se relata en el capítulo “el aviso mal leído”. La recreación se expone en el capítulo “Peladito hace canotaje” (p. 33): “También le encantaba comer uvas. Rocío le puso una baya de uva en la boca para probar, y él inmediatamente la masticó y se la tragó. Luego, relamiéndose la miraba fijamente a los ojos moviendo la colita y gañendo como si estuviera sollozando”.
PUEDE LEER: Nuestra región sigue avanzando en lectura y escritura
Paratextos. En el apartado “extraño accidente”, Ramírez interpola tiempos y acciones, usa el recurso “paratexto verbal” mediante el diario que escribe la hermana de Leonardo, cuando anota: “Ha sido un día maravilloso, especialmente toda la travesía del canotaje, con mucha adrenalina. Papá en ningún momento se puso nervioso, como siempre, se mostró seguro y feliz” (p. 34). La parte trágica se da en el capítulo “extraño accidente” que Rocío narra en su diario cuando retornan por la autopista de Chilca. Por lo que se podía ver, el auto se había volcado. Había dado por lo menos dos vueltas de campana y había caído parado sobre una trocha” (p. 54). Asimismo, se utiliza “paratextos icónicos”, como es el diseño e ilustraciones de Roberto Pari, y los avisos públicos que dividen los capítulos o refuerzan una argumentación (pp. 29, 56, 110).
VER AQUÍ: La producción intelectual liberteña del 2024
Agua milagrosa. La reducción del tamaño de los animales que eran mal procesados y con mala intención por el veterinario, se va recuperando, cuando Leonardo ingresó al consultorio y descubrió la “Clínica de las mascotas”. Así ocurre en la estancia “la agonía”, en la cual se aproxima al final de la catástrofe (p. 117). En “la fuga”, el hombrecito tenía horribles alas de murciélago y las orejas en forma de cuernos. Por los anteojos negros y algunas facciones lo reconocieron al veterinario fugitivo, iba alzando vuelo hecho murciélago y todos los animales volvían a su estado normal en el consultorio. La gente atendió a todos los animales del parque, así se dio el milagro esperado.
LEER MÁS: La marca del destino, novela de Daniel Abanto
3. Juan Osito
La historia de Juan Osito es popular desde el siglo anterior. Las comunidades andinas han recreado diversas manifestaciones culturales en torno a esta leyenda: bailes, fiestas y cantos, entre otras costumbres. Casimiro Ramírez, con solvencia, lo reinventa. En la novela “Juan Osito en el valle de las serpientes” (2014), el protagonista, mitad niño y mitad osito, de pronto se convierte en un niño común. Así continúa la leyenda, ficcional y real, con estética narrativa en expresión formal adecuada para niños y jóvenes. Destaca la precisión del relato, la hilvanación de los acontecimientos que conllevan mensaje de integración humana y naturaleza. Juan Osito, con los otros personajes, logra notable convivencia de acuerdo al medio ambiente y la conservación de los elementos bióticos. El estilo con destreza y categoría narrativa nos da una obra narrativa imprescindible.