La estatua está ubicada en la desolada Av. San Pablo de Nuevo Catacaos, su guardín es don Joaquín Chávez.
La estatua está ubicada en la desolada Av. San Pablo de Nuevo Catacaos, su guardín es don Joaquín Chávez.

“Churre”, un término piurano para referirse a los niños y niñas, es usado comúnmente para hablar de los más jóvenes, a veces de manera cariñosa o familiar. Pocos, quizá, conocerán que en existe una escultura llamada “Los tres Churres”.

Esta estatua fue un obsequio que le hizo el gran artista Teófilo Aquino a uno de sus ayudantes. pero no está en un pedestal, como lo merece, sino bajo el terral de sus calles, y que con el paso de los años está en destrucción, pero aún así es admirada y comentada por propios y extraños en la Av. San Pablo en Nuevo Catacaos.

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RECUPERACIÓN

“Esos tres churres, una escultura de concreto que falta recuperarla, con el tiempo se elevan con sus cuerpecillos de ensueños y fantásticos hacia la redención de la niñez. Los tres están en pose muy natural y con sus caritas inocentes”, señaló el historiador Lelis Rebolledo.

Posteriormente, dijo que “es una obra que nos abre un panorama de grandes expresiones y de grandes luces para el arte cataquense, la calidad de esta obra se resume en la delicadeza de sus formas y el mensaje comunal”.

Para Rebolledo Herrera, el arte fluye y discurre en las polvorientas calles, ubicada en la ruta hacia el canal de la 45 o a los diversas picanterías que se ubican en este lugar de Nuevo Catacaos, en el frontis de la casa de don Joaquín Chávez Poción, quien narró cómo llegó a dicha calle esa estatua.

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UN OBSEQUIO

“Esta obra pertenece al artista cataquense Teófilo Aquino Ipanaqué, donde yo trabajaba como ayudante y asistente. Un día me la regaló y me la llevé a mi casa y como pesaba la dejé en la puerta donde ahora está”, recordó don Joaquín.

Asimismo, tiene en el recuerdo que ayudó a don Teófilo en el trabajo de dos grandes Cristo Redentor, uno de 10 metros que instalaron en el distrito de Tamarindo, en Paita, y el otro de 20 metros que colocaron en el pueblo de Barranca, en Lima.

“En cuanto a esta escultura de ‘Los tres churres’ iba a ser una pileta ornamental con un elevado chorro de agua sostenido por los “angelitos cataquenses” y que terminaban orinando alrededor de la pileta”, indicó.

Pero rememora que esto quedó inconcluso por problemas de salud de don Teófilo Aquino, quien se lo obsequió a su fiel ayudante, quien la cuida hasta hoy.

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UN PEDESTAL

El también poeta Lelis Rebolledo comentó que “la portentosa y admirable escultura data de hace muchos años y ha soportado inundaciones y fenómenos El Niño. Se encuentra ubicada en la fachada de la familia Chávez, donde Joaquín también es artista, de esos artistas geniales y anónimos que son leales a su pasión estética”, expresó.

También, explicó que a esta estatua se le debe considerar por su importancia, como una obra para ponerla en un pedestal en la misma ubicación para darle la relevancia que necesita la patética obra hecha por don Teófilo.

“Esta obra de “Los “Churres Tallaniks”, trabajo artístico de don Teófilo Aquino, que quedó sin terminar, hecha con un brillo genuino de su innato talento, luciría siempre regocijante como los grandes relatos escultóricos de nuestra niñez inundada de sueños y de esperanzas”, enfatizó.

“Ojalá la autoridad municipal pueda recuperarla y darle su sitio merecido que embellecería este lugar de los descendientes de los Tallanes”, dijo.

Por lo pronto, se ha unido junto a un grupo de artistas, que pertenecen a la “Kofradía lírica” para cuidar esta escultura.

Espera se pueda lograr la restauración con el tiempo y ponerla en un pedestal de un metro para que sirva como símbolo artístico de este bello pueblo Nuevo Catacaos y de sus artistas que la engrandecen.