“El buen terror mezcla el misterio con el suspenso. El Supay es una criatura mítica que no sabes cómo va a venir”. Foto: Difusión
“El buen terror mezcla el misterio con el suspenso. El Supay es una criatura mítica que no sabes cómo va a venir”. Foto: Difusión

El terror se apoderó de las salas de cine del Perú con el estreno de ‘La lágrima del diablo’, ópera prima del peruano Gonzalo Otero, quien ha logrado cautivar a la audiencia nacional e internacional con la historia del Supay, un ser mitológico andino que da a conocer más sobre nuestros mitos y leyendas.

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El filme, que muestra a un grupo de documentalistas que viaja a la selva peruana para filmar sobre la minería ilegal, ha sido galardonado en México con la Calavera de Oro en el Festival Mórbido 2024. Además, continúa presentándose en festivales internacionales, como el Festival de Sitges, en Cataluña, durante este último fin de semana.

“En el [filme] es interesante llegar a un espacio donde uno es ajeno, donde los personajes no conocen la cultura, no conocen nuestros mitos, no conocen nuestras leyendas, no conocen nuestros idiomas. Siempre tuve en la cabeza que quería hacer una película de terror y hablar de nuestros mitos y leyendas”, comenta Gonzalo a Correo.

¿Cómo surge la idea de unir lo ancestral y lo contemporáneo para contar la historia del Supay?

Investigué y descubrí que en el Perú hay mucha mitología sobre seres sobrenaturales, pero dos me llamaron la atención por su relación con el diablo: el Supay andino y el Tunche selvático. Noté que ambos podían adoptar distintas formas humanas, animales o monstruosas. Por otro lado, las cámaras a veces captan cosas que el ojo no ve, lo que se conoce como ghost photography. Al unir esas ideas llegué al formato del found footage, una especie de falso documental.

¿De qué forma han logrado un Supay realista?

La película la rodé en 2019 y recién la hemos estrenado en 2025, porque la postproducción ha sido una labor bastante larga y difícil. El Supay es una imagen generada por computadora y se trabajó mucho para que se vea, como se está viendo, realista dentro de un formato de falso documental.

¿Qué tipo de miedo buscabas explorar o provocar en el espectador?

El miedo a lo desconocido, para mí, es lo más importante. El buen terror mezcla el misterio con el suspenso. El Supay, como lo hemos trabajado en la película, es esta criatura mítica que no sabes cómo va a venir. Entonces, eso ya crea este miedo de algo que es más grande que tú, algo que domina la naturaleza y que puede tomar cualquier forma. Eso va creando toda esta sensación que te lleva al terror.

En cuanto a la grabación, qué fue lo más retador de grabar en Huaraz y en Oxapampa?

Para empezar, solo encontrar las locaciones es muy difícil. Visité gran parte de la sierra central y la selva, y llegar hacia el sitio, trepar, avanzar al campo con agua, con fango, llevando equipos al hombro, lidiar con los insectos y la naturaleza, eso es complicado. Además, los actores venían de Estados Unidos a grabar por pocos días. En consecuencia, las escenas tenían que desarrollarse en el momento de la filmación.

Algo poco común en el cine peruano es que La lágrima del diablo está hablada en inglés. ¿Qué representa esa decisión?

El hecho de estar en inglés ayuda a la internacionalización de la película. Una de las cosas que quería era que nuestros mitos y leyendas se vean en el mundo y aportar al género de terror con nuevas variables, porque siempre son las mismas criaturas que hemos visto ya hasta el cansancio: zombis, vampiros o espíritus. No hay mucho más. Entonces, dije: esto es bacán, porque acá hay algo del Perú que se puede mostrar al mundo.

La lágrima del diablo, sugiere algo así como terror, pero también compasión. Entonces, ¿qué representa esa lágrima dentro de la historia?

No quiero spoilear mucho el relato [risas]. La película tiene un giro, el guion tiene un giro bastante importante hacia el final. Una vuelta de tuerca, que uno dice: “Ah, mira, ya, uno descubre una gran cosa”. Pero también, dentro de lo más obvio que te puedo decir, es que el Supay, cuando se va a llevar a sus víctimas, no se las lleva de frente, sino que primero las marca y después se las lleva. Entonces, cuando las personas están marcadas por el Supay, comienzan a debilitarse y hay un momento en que empiezan a llorar sangre.

SOBRE EL CINEASTA

GONZALO OTERO, CINESASTA

Director y guionista peruano con maestría en guion cinematográfico. Ha dirigido ocho cortometrajes de ficción y comerciales que le han valido premios y reconocimientos tanto a nivel nacional como internacional.

20 años de experiencia como docente de cine.

98 minutos dura el filme “La lágrima del diablo”.

2024 ganó el “Premio Calavera de Oro” en México.

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