El escritor ancashino radicado en Lima Roberto Rosario Vidal es un distinguido y prolífico escritor, autor de varias novelas, libros de cuentos y ensayo para niños y jóvenes. A su iniciativa se realizó en Lima, en 1982, el Primer Encuentro Nacional de Escritores de Literatura Infantil. Al año siguiente, por acuerdo adoptado en Cajamarca, durante el II Encuentro, se fundó la Asociación Peruana de Literatura Infantil y Juvenil, cuyo primer presidente precisamente fue el mencionado escritor. También es el actual presidente de la Academia Peruana de Literatura Infantil y Juvenil.
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NARRATIVA INFANTIL Y JUVENIL
En el género de libros para niños y jóvenes, Roberto Rosario es autor de “El trotamundos” (1986), “La villa Carmela” (1986), “Shica-shica de limón” (1987), “Osito” (2012), “El clan del jaguar negro” (2017), “Aventuras fantásticas en el gran pajonal” (2018) y “Mi casita de adobes” (2019).
Entre las distinciones que ha recibido figuran: Premio de Poesía Ciudad de Lima (1984) y Premio Nacional de Literatura Infantil (1985).
EL CICLO DE EL TROTAMUNDOS
La principal contribución y producción del autor en libros para niños y jóvenes lo constituye la serie representada por el andariego y aventurero camión “El Trotamundos”, que recorre varios pueblos, especialmente ancashinos, y que hasta ahora se ha plasmado en los volúmenes: “El Trotamundos” (2018), “El Trotamundos en el Callejón de Huaylas” (2021), “El Trotamundos en Chavín de Huántar” (2023) y “El Trotamundos en Nuevo Chimbote” (2023).
En realidad, no conocíamos una producción continua de tan largo y vasto aliento en el área de los libros para niños y jóvenes, por lo que los volúmenes mencionados se convierten en un aporte primordial e imprescindible en los planes lectores, especialmente de la educación básica, por lo que su incorporación a los planes y programas respectivos debe ser una actitud primordial.
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EL TROTAMUNDOS
El primer libro de la serie desarrolla una serie de relatos propios de la tradición oral de la región andina de Áncash, como Mamacocha, Shulloc, El cerro Negro, Mama Pitico, Puma de Pállac, Warón y Rosa Margarita. Apareció prologado por el crítico y poeta Manuel Pantigoso Pecero, quien lo elogió en los siguientes términos: “Excelente libro de Roberto Rosario Vidal, quizá el mejor de su trabajo literario y que ahora le proyecta a nivel internacional. De estilo poético, es decir, sintético y sugestivo, EL TROTAMUNDOS es un libro para niños y para adultos y un buen ejemplo de que la buena literatura no tiene fronteras respecto a las edades”.
EL TROTAMUNDOS EN EL CALLEJÓN DE HUAYLAS
El contenido del segundo libro se inicia con una invitación y aclaración del propio autor, quien, con tono coloquial, se dirige al lector: “Esta vez Gabriel y su gran amigo Armando, el chofer de El Trotamundos, se dirigen al Callejón de Huaylas que, como tú sabes, se encuentra en el departamento de Áncash. Gabriel viaja con la esperanza de volver a ver a su amiga Maribel; y Armando, para dejar la carga que transporta el pequeño pero poderoso camión”.
Entre otros pueblos y ciudades, los viajeros recorren: El Cañón del Pato, Caraz, Yungay, Llanganuco, Carhuaz y Huaraz.
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EL TROTAMUNDOIS EN CHAVÍN DE HUÁNTAR
También este volumen se abre con una invitación del autor, quien expone muy claramente su inspiración, vocación y temperamento de maestro para orientar a los pequeños lectores:
“Desde la última vez que se encontró con la niña de la guitarra que actuaba en el circo Cóndor, Gabriel se ha comunicado por teléfono con ella todas las semanas.
Hace un mes que Maribel le dijo que en agosto el circo estaría en el Callejón de Conchucos “¿Conchucos? –pensó Gabriel emocionado–. Debe ser una cadena de pueblos maravillosos, como el Callejón de Huaylas”. El 10 de agosto es mi cumpleaños –le había dicho ella–. Posiblemente para esa fecha me encuentre en Chavín”.
“Tengo que ir”, decidió Gabriel, pensando de inmediato en su amigo Armando, el chofer del Trotamundos, con quien había tenido emocionantes aventuras.
EL TROTAMUNDOS EN NUEVO CHIMBOTE
En este nuevo libro de la serie narrativa, el autor integra la sierra con la costa ancashina, hecho que marca una voluntad de integración regional, no de antagonismo como la tradicional oposición entre costa y sierra, que siempre mostró la narrativa indigenista, sino de reconocimiento y valoración de todas las culturas, pueblos y regiones, lo cual constituye un aporte primordial del autor, aparte de su excelencia literaria, que esta vez refiere una serie de hechos cuyo escenario primordial es el distrito de Nuevo Chimbote, de crecimiento ordenado y planificado, al que pertenecen las playas de Besique y Atahualpa, con su atractivo de la pesca artesanal.
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Los personajes no son extraordinarios, sino siempre de condición y extracción humilde y popular. Entonces son frecuentes las actividades de taxis y colectivos, así como el quehacer de los pequeños lustrabotas, quienes alternan sus actividades con la pesca en las playas cercanas. Como tema emblemático e imprescindible siempre está la actuación del popular y emblemático circo “Cóndor”, que va visitando los diversos pueblos.
Según lo expuesto, no se trata de relatos en los que se muestra violencia, delincuencia o tragedias, sino la vibración y palpitación de la propia vida pletórica de hechos humanos populares y cotidianos, matizados con el mundo de las fantasías e ilusiones que convocan las funciones del circo popular; tampoco aparecen escenas de violencia, abuso y explotación, sino gracia, simpatía y ternura. Un mensaje trascendente, elevado y popular que difunde el autor en la serie narrativa de El Trotamundos, realmente de aporte primordial a la educación, a la literatura infantil y juvenil y a los hogares. Asimismo, una real contribución al conocimiento y valoración de las gentes que pueblan el distrito de Nuevo Chimbote, la nueva y progresista ciudad del puerto.
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