​Elena Ferrante: Este sería el nombre real de la escritora que ocultó su identidad [FOTO]
​Elena Ferrante: Este sería el nombre real de la escritora que ocultó su identidad [FOTO]

Elena Ferrante, la exitosa y misteriosa escritora italiana, ha respondido un cuestionario con preguntas de libreros y traductores de diversas partes del mundo.

Correo accedió a la entrevista, en la que la autora, cuya identidad no se conoce, comenta sobre su reciente libro “La vida mentirosa de los adultos”, Nápoles, la ciudad que es un personaje más de sus novelas, sus influencias literarias y su concepción sobre la escritura.

¿Qué la inspiró a escribir La vida mentirosa de los adultos? ¿Cree que los adultos mienten habitualmente sobre sus vidas? ¿A los demás, a sus hijos e incluso a sí mismos?

De niña era mentirosa, con frecuencia me castigaban por mis mentiras. Alrededor de los catorce años, tras muchas humillaciones, decidí crecer y no mentir más. Pero poco a poco descubrí que mientras mis mentiras infantiles eran ejercicios de imaginación, los adultos, tan contrarios a los embustes, se mentían a sí mismos y mentían a los demás con naturalidad, como si la mentira fuera el instrumento fundamental para darse coherencia, para atribuirse sentido, para resistir la comparación con el prójimo, para mostrarse a los hijos como un modelo autorizado. De una parte de esta experiencia adolescente se nutren las vicisitudes de Giovanna.

¿Por qué en esta nueva novela regresa usted a Nápoles? ¿Qué elemento de este lugar en particular exige ser contado una y otra vez? ¿Se imagina usted escribiendo sobre algún otro lugar en el futuro? ¿Cree que será más fácil o más difícil?

Se puede escribir sobre cualquier lugar, lo esencial es conocerlo a fondo, de lo contrario se corre el riesgo de caer en la superficialidad. He estado en muchos sitios, he tomado páginas y páginas de apuntes. Tengo unos cuantos sobre Copenhague, por ejemplo, si quisiera, podría utilizarlos para un relato, como hice, pongamos por caso, con Turín, ciudad que adoro. Pero siento que son lugares que no me pertenecen y que si escribo sobre ellos, lo hago para adueñarme de ellos. Con Nápoles es distinto. Nápoles ya forma parte de mí y yo, de Nápoles. En el caso de Nápoles no tengo que buscar una mirada, la tengo de nacimiento. Escribo y reescribo sobre esta ciudad para verla y verme, y para que me vea cada vez más nítidamente.

Para Lila y Elena, la experiencia de la lectura de Mujercitas tiene una gran importancia ¿Qué (otras) figuras literarias la cautivaron y la marcaron profundamente en su adolescencia?

Para contestar debería hacer una lista larga y probablemente tediosa. Digamos que devoraba novelas cuyos personajes femeninos tenían vidas desgraciadas en un mundo injusto y feroz, cometían adulterio y otras violaciones, veían fantasmas. Entre los doce y los dieciséis años busqué ávidamente todos los libros en cuyos títulos había nombres de mujer: Moll Flanders, Jane Eyre, Tess de los d’Uberville, Effi Briest, Madame Bovary, Anna Karenina. Pero el libro que leí y releí de forma obsesiva es Cumbres borrascosas de Emily Brontë. Sigue siendo un libro extraordinario por cómo narra el amor mezclando buenos y pésimos sentimientos sin solución de continuidad. Catherine es un personaje que hay que revisitar. Cuando se escribe, sirve para evitar el peligro de figuras femeninas almibaradas.

Muchos de los personajes de sus novelas se debaten entre el amor o la amistad. ¿A quién le gustaría tener a su lado para siempre, al amigo o al amante?

Prefiero un amante que sea capaz de una gran amistad. Esta mezcla resulta difícilmente comprensible cuando se es joven, pero en la madurez, si somos afortunadas, se abre paso poco a poco. En los epistolarios antiguos entre amantes siempre me ha gustado encontrar expresiones como «amigo mío», «amiga mía». E incluso el apelativo «hermana», que hace su aparición en la literatura caballeresca y persiste durante siglos, nunca me pareció signo del ocaso del deseo, al contrario.

Muchos de los protagonistas de sus novelas abandonan su ciudad natal en cuanto llegan a la edad adulta. ¿En qué medida influye en el desarrollo del personaje este alejamiento de Nápoles?

Marcharse es importante, pero no decisivo. Lenù se va, Lila nunca abandona Nápoles, pero ambas se desarrollan, tienen una vida llena de acontecimientos. Lo he dicho ya, me siento muy próxima a las decisiones de Elena. No hay que temer los cambios, lo diferente no debe asustarnos. Pero quedarse no me parece un error, lo esencial es que encerrarse para siempre en un espacio no acabe empobreciendo nuestro yo. Me gustan las personas que saben vivir aventuras temerarias aunque sea yendo de una esquina de la calle donde nacieron a la otra. A Lila la imaginé así.

¿Por qué sigue regresando a un pasado doloroso? ¿Para usted escribir es, ante todo, una forma de autoterapia? Por otra parte, ¿qué opina de la literatura que se estudia en las escuelas italianas? ¿Cree que refleja las dinámicas del mundo en el que vivimos? ¿Qué valores proclama? ¿Comparte usted esos valores?

No, nunca he considerado que escribir sea una forma de terapia. Para mí la escritura es todo lo contrario: es hurgar con el cuchillo en la llaga, algo que puede hacer mucho daño. Escribo como esas personas que no paran de tomar aviones por necesidad, pero que tienen miedo de no llegar, sufren mientras dura el vuelo, y cuando aterrizan se sienten felices pese a quedar hechas un trapo. En cuanto a la escuela, sé poco sobre cómo funciona hoy.

A la que yo asistí, transformaba las lecturas que de mayor encontré maravillosas en unos ejercicios aburridísimos a los que había que poner una nota. Esa escuela enseñaba literatura anulando el placer de la imaginación y la identificación. Si a una frase le quitamos su energía y perdemos el tiempo con ese adjetivo o aquella figura retórica, en la página solo quedarán combinaciones alfabéticas esqueléticas y, en el mejor de los casos, convertiremos a los jóvenes en unos finos vendedores de humo.

Perfil de Elena Ferrante

La identidad que se esconde tras el seudónimo de Elena Ferrante sigue siendo un misterio. La autora ha publicado “El amor molesto”, “Los días del abandono”, “La hija oscura”, entre otras novelas con gran éxito en ventas.

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