Este 30 de noviembre, Emmanuel Despax, se presenta en el Teatro Municipal.
Este 30 de noviembre, Emmanuel Despax, se presenta en el Teatro Municipal.

Este 30 de noviembre, Emmanuel Despax, considerado por la BBC Music Magazine como “un pianista de una imaginación excepcional”, se presenta en el Teatro Municipal de Lima. Su lirismo y virtuosismo con el piano lo reafirmará en nuestro primer escenarios peruano, así como ha recorrido con éxito las principales salas del mundo mostrando su arte. Correo conversó con el músico a días de su anunciado y esperado concierto.

En una época en la que la velocidad y la precisión técnica dominan el mundo del piano, apuestas por recuperar su alma poética, la emoción por encima de la perfección.

Existe una paradoja fundamental en ser artista. Por un lado, buscamos dominar nuestro oficio: ser confiables, precisos y lo más impecables posible. Son cualidades que uno podría asociar más con máquinas. Por otro lado, queremos dar vida a la música, comunicar sus significados más profundos y establecer una conexión genuina con el público. Estas son cualidades profundamente humanas, quizá las más humanas de todas. Ser humano es, por definición, ser imperfecto. No descuido el dominio técnico, pero la técnica nunca debe ser un fin en sí mismo; es un servidor, una herramienta que permite que la imaginación se eleve. Tener una voz sin nada que decir es un ejercicio estéril. Cada decisión —como el tempo, por ejemplo— debe estar al servicio de la esencia de la música.

En Lima interpretarás el Concierto para piano n.º 1 de Brahms, una obra monumental. ¿Qué desafíos y recompensas encuentra cada vez que toca este concierto?

Es, sin duda, una de las obras más monumentales del repertorio. Cada vez que regreso a ella, me impactan su fuerza, su calidez y su dramatismo. Pero también es una obra que no hace concesiones. Brahms es físicamente exigente al tocar; su escritura tiene una concepción orquestal, con poca consideración por la comodidad del pianista. La escritura de Brahms tiene una densidad tal que ninguna nota se siente superflua. El ideal artístico alemán del siglo XIX sostenía que el gran arte debía elevar a la humanidad y nutrir el espíritu, y este concierto encarna por completo ese ideal.

"Para mí, la música existe en un plano superior. Creo sinceramente que una gran interpretación puede cambiar la vida de alguien", dice el músico.
"Para mí, la música existe en un plano superior. Creo sinceramente que una gran interpretación puede cambiar la vida de alguien", dice el músico.

Tu formación te conecta directamente con la tradición romántica de Liszt, a través de su maestra Ruth Nye y Claudio Arrau. ¿Qué significa formar parte de ese linaje artístico?

Ante todo, representa una filosofía artística: una dedicación absoluta al propio arte. Significa respetar la música, la partitura y al compositor con la máxima integridad, sin compromisos ni atajos. Mahler dijo: “La tradición no es la adoración de las cenizas, sino la preservación del fuego”. Yo intento cada día mantener ese fuego vivo, transmitirlo y compartirlo con los demás.

Has dicho que “el riesgo es parte del arte”. ¿Cómo se manifiesta esa idea en el mismo momento de tocar en el escenario?

El riesgo es una parte importante de la interpretación; está en el corazón de lo que hace que la música sea bella. En el concierto de Brahms, por ejemplo, hay momentos que son tanto técnica como emocionalmente peligrosos, pero que son vitales para su dramatismo. Como intérprete, acepto esos riesgos plenamente; nunca intento suavizarlos. Una interpretación auténtica debe sentirse viva, y eso siempre implica riesgo.

Compartiste una foto tuya en Machu Picchu en tus redes sociales. ¿Qué impresión te dejó esa visita y encontró alguna conexión entre la cultura peruana y su propia manera de entender la música?

Quedé completamente sobrecogido. Había visto fotografías, pero nada te prepara para la experiencia real. Visitar Machu Picchu es algo que nunca olvidaré: su belleza natural, la sofisticación de su construcción, el sentido de armonía entre la naturaleza y el ser humano. Es una experiencia que conmueve y que también enseña humildad.

¿Qué esperas del público peruano en su debut en Lima y qué le gustaría que se lleven de su interpretación de Brahms?

Espero poder compartir con ellos mi profundo amor por cada nota que Brahms escribió en esta obra, y crear una conexión genuina. Quiero que sientan la grandeza de esta música, que experimenten su profundidad emocional. Si por solo 50 minutos pueden olvidar sus vidas cotidianas y vivir plenamente ese momento con la música de Brahms y conmigo, entonces eso es lo que un concierto debe ser: algo atemporal.