César Vallejo publicó “Escalas” (1923), cuyos textos de la primera parte, aún sin presentar todas las características del microrrelato, son muy importantes para incorporarlos dentro del género.
César Vallejo publicó “Escalas” (1923), cuyos textos de la primera parte, aún sin presentar todas las características del microrrelato, son muy importantes para incorporarlos dentro del género.

Consideramos que se anticipó a la masificación del microcuento, por cuanto en su texto narrativo “Escalas” (1923) ya difunde microrrelatos, pues al analizar el libro debemos empezar por el título correcto (una palabra), tal como lo concibió el autor, tan solo Escalas. Sin embargo, en la primera edición se incluyó la palabra melografiadas debido a una inexacta interpretación de los impresores, por cuanto en la carátula de la primera edición se lee en letras grandes “ESCALAS”, acompañado de una viñeta, y luego en letras más pequeñas Melografiadas, y seguido de: por / César A. Vallejo, de tal modo que se lee el conjunto como Escalas / melografiadas / por / César A. Vallejo. Siendo la melografía la escritura musical. El título correcto, entonces, es ESCALAS escritas por César Vallejo (se sobreentiende ahora más claramente que «melografiadas» no puede formar parte del título, ya que equivale a “escritas”). En la primera página o portada interior, aparece, para despejar dudas, tan solo “Escalas”.

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“Escalas” en su primera edición constó de sólo 200 ejemplares, 135 páginas y un índice. El autor costeó la impresión usando el monto del premio de cuento Entre Nous 1922, con su relato “Los cayenas”, que está incluido en la segunda parte del libro. Escalas, por su forma y su contenido, representa una variante en la narrativa peruana y de la narrativa latinoamericana. Vallejo superó los límites del cuento clásico-lineal de las narraciones de esa época.

Escalas

Al investigar la estructura y características de Escalas, determinamos que consta de dos secciones perfectamente equilibradas, tituladas “Cuneiformes” y “Coro de vientos”, con seis composiciones cada una. Para nuestro estudio hemos elegido la primera parte intitulada “Cuneiformes”, que abarca seis relatos o estampas que Vallejo compuso durante su permanencia en la cárcel de Trujillo, entre 1920 y 1921. En cuanto a la palabra “Cuneiformes”, Ricardo Silva-Santisteban y Ricardo González Vigil coinciden y sostienen que “Cuneiformes” hace alusión, por comparación, a la escritura cuneiforme, una escritura labrada en una superficie dura, como la que se hace en las paredes de una cárcel (los relatos de ese grupo fueron compuestos por Vallejo estando en prisión). Además, se alude a la antigua escritura sumaria, que apenas empezó a ser descifrada en el siglo XX. La escritura cuneiforme ha quedado como emblema de una escritura hermética.

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Microcuentos

Las características para considerar “microcuentos” a la primera parte de Escalas se sustentan en La extensión: en este aspecto los relatos son breves, teniendo en cuenta el número de palabras de 12 (Muro occidental) a 596 (Muro antártico). Y en cuanto a número de páginas de 1 (Muro occidental), de 2 páginas (Muro noreste, Muro este, Muro dobleancho y Alfeizar) y 3 páginas (Muro antártico). Es decir, desde lo que se consideraría un microrrelato hasta un cuento breve.

En cuanto a la condensación del tema, en los relatos de Escalas cada palabra es precisa. Al estar tan acotada la extensión, es importante contar los “caracteres sin espacios” que van de 59 (Muro occidental) a 3,609 (Muro noreste); es decir, el narrador considera lo imprescindible, sin irse por la tangente. Las tramas y los argumentos se concentran en el tema principal de la historia. César Vallejo, como en su poesía, en la narración usa menos adjetivos y opta más por los sustantivos precisos.

En cuanto a la historia B, los cuentos breves de Escalas tienen un hecho, un significado y un sentido profundo tal como en su poética que trascendió el idioma español. A veces recurre a la “historia B” o al subtexto que está escondido debajo del argumento a la vista. Aun siendo textos más reales que ficcionales, presentan un conflicto y, de pronto, una transformación del protagonista. Tienen unidad temática cada uno, evidenciando que la historia se desarrolla, pasa por un nudo y, finalmente, se resuelve en el desenlace.

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Respecto al contenido en este primer apartado de Escalas, son relatos o estampas lírico-narrativas próximos al lenguaje poético empleado en Trilce, por lo que sus contenidos colindan con temática psicopatológica muy dramática. Subyacen una misma experiencia vital y una concepción estética semejante en “Muro noroeste” (el compañero de celda, la justicia), " Muro antártico” (sueño-deseo-hermana-despertar), “Muro Este” (celda-mano-proyectil), “Muro doble ancho” (celda-hombre ladrón-trivial), “Alfeizar” (celda-compañero-madre) “Muro occidental” (síntesis de un verso onírico).

Según Trinidad Barrera, “la gestación de Escalas está signada por dos acontecimientos singulares: la muerte de la madre (1918) y el período carcelario (1920-21), dos sucesos que invaden su vida y su obra, marcándolas para siempre y reforzando un sentimiento de orfandad que ya aparecía en Los heraldos negros y que, a partir de este momento, dominará dramáticamente el futuro de su poesía”.

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Reflexión final

César Vallejo publicó “Escalas” (1923), cuyos textos de la primera parte, aún sin presentar todas las características del microrrelato, son muy importantes para incorporarlos dentro del género. Enseguida, Leopoldo Lugones publicó su libro Filosofícula (1924), por el cual se le considera precursor del relato corto latinoamericano.

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