Las mujeres siguen participando con éxito en la literatura nacional. Comparten sus experiencias con escritores y la sociedad del interior del país, y debemos estar atentos a su participación cultural y literaria. Hoy nos ocupamos de dos autoras del sur y del norte, respectivamente.
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EN MODO AVIÓN DE ESTHER
Esther Villafuerte es maestra en el nivel secundario, estudió en la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa y vive en la Ciudad Blanca. Hace años estuvo en la Feria Internacional de Guadalajara. En Trujillo presentó su reciente libro “Poemas en modo avión” (Arteidea, 2024) texto para aterrizar de lo idealizado, de lo sentido. Tiene la novedad de usar y adaptar el viaje aéreo dándonos la bienvenida a bordo, con poemas directos desde el origen del vuelo y advirtiéndonos que socialmente siempre está la esperanza en posición fetal para alumbrar. Sus temas están lejos de las intenciones personales, nos involucra en su sentir y expresar, es plural. Y cuando comunica a la tripulación el cierre de puertas, ya nos consta que desde el principio están los estrellados y ante la situación del país identificamos al monólogo del renacimiento, al árbol del naranjo y de pronto escuchamos: tripulación, preparados para el despegue, entonces, viene la capacidad de asombro en pleno vuelo de la vida. La reconocida poeta Villafuerte sabe que se sufre y escribe, y que los versos sobrevivientes se enfrentan al irrevocable curso de la desdicha.
A miles de pies sobre el nivel del mar se concede el uso de dispositivos electrónicos en modo avión. En este vuelo poético no hay espacio para la tribulación, la poeta es consciente que más allá de la inteligencia artificial, debe estar el pueblo con su sinceridad, de manera que con las palabras que nos representan, asumimos convictos que la poesía es terrenal. Villafuerte, con seguridad dispone preparar cabina para el aterrizaje. He ahí la realidad y tierra, ahí se valora a la naturaleza en lámparas vegetales, luciérnagas y versos, concierto de huellas, incendiaria y madre antigua de la patria. Esta poesía es directa, recupera formas en la distribución de sus versos, a veces visual, incorpora imágenes que aumentan las connotaciones. Leerlo, es recrear, volar y aterrizar para estar de pie ante la historia y la globalización.
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PALABRA DE MUJER DE NORA
Nora Rodríguez Herencia (Nació en Lima), vive en Pacasmayo desde hace más de dos décadas. Desde hace siete años es conductora de radio y TV, mediante su columna “Palabra de mujer”, compartiendo psicología terapéutica. Fue integrante del Comité de la Feria del libro de San José, Pacasmayo, en la cual presentó su libro “Palabra de Mujer” (2024). Antes de llegar a la tierra de Pakatnamu estuvo en Madrid, España. Previamente a publicar su primer poemario en redes difundía mensajes de crítica y motivación hacia sus lectores con la reflexión de que todo ocurre por la causalidad y no por casualidad, por ello enaltece a la “Mujer que deja huella, con tu fuerza y belleza. Eres un rostro de Dios”. En sus versos anuncia que, a veces, en silencio “la mujer y la soledad se encuentran. La mujer con palabras dispersas. La soledad no es enemiga, no es un castigo; es una oportunidad para crecer. La mujer es luchadora”.
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La autora es líder que entre las mujeres propicia el empoderamiento, lucha, liderazgo y fuerza femenina. Sus versos han sido construidos con inteligencia, sentimiento y coherencia, que nos ayudan a reflexionar del rol de la mujer en la sociedad. En cada poema hay análisis, resiliencia y fe en sus desafíos. En “Palabra de mujer”, emanan sabiduría y amor, breve pero intenso torrente de emociones que reflejan autovaloración y esperanza. La poeta escribe “Eres como el viento, /libre y suave/ acaricias las nubes y las estrellas/ tu corazón late con fuerza/ y arde por alcanzar las metas más bellas/. Mujer valiente, / en la soledad encontrarás/ la fuerza que tanto buscas / para seguir adelante sin mirar atrás”. “Palabra de mujer” de Nora Rodríguez, expresa la esencia y la belleza de lo que significa ser mujer en un mundo que constantemente desafía su valía. Sus versos rebosantes de emotividad, nos anuncian que detrás está la madre, abuela, mujer, comunicadora activa, actriz y escritora, que siempre lucha por sus sueños para que se realicen.
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Hace poco estuvo en la biblioteca del museo metropolitano de Lima presentando su poemario “Palabra de mujer”, y transmitió el mensaje “La llama de la resistencia” en “En las calles, en las casas, en los corazones,/late el grito de la justicia, el clamor de la libertad/.Basta de desapariciones, basta de miedo,/basta de feminicidios, basta de dolor/.Las mujeres, las niñas, las madres, las hijas,/no son objetos, no son cosas, no son mercancías/.Son seres humanos, con derechos, con voz,/con la capacidad de soñar, de amar, de vivir/. Sus versos son cortos, ágiles y accesibles a lectores quienes dentro de la cotidianidad se acercan a la literatura reflexiva, autocrítica y motivadora. En las expresiones cautivantes de su poesía popular se valora a la vida como un viaje íntimo, social y emotivo, con la fuerza de la voz femenina de su autora, que explora y manifiesta temas de identidad, amor y empoderamiento.