Orlando Mazeyra: “Escribo para conectarme  con los lectores”
Orlando Mazeyra: “Escribo para conectarme con los lectores”

David Foster Wallace, en una entrevista con Laura Miller para la revista “Salon”, dijo que una de las cosas mágicas que tenía la narrativa era romper la soledad de nuestras mentes: “Yo no sé qué estás pensando ni qué hay en tu interior y tú no sabes qué hay dentro de mí. Creo que en narrativa podemos salvar en cierto modo ese muro”.

“Unicornios y cocodrilos”, del escritor arequipeño Orlando Mazeyra Guillén, consigue eliminar esa barrera entre el autor y el lector con un estilo mesurado pero potente, que estalla con la sencillez de lo cotidiano.


ATREVERSE

El padre, el amor, la locura, el miedo, el alcohol, las relaciones, el fútbol y la pasión y la escritura son los temas que, desde “Mi familia y otras miserias” (aparecen cuentos de este libro, como el muy logrado “Mi primera máquina de escribir” y “Las antenas del diablo”), han provocado en la obra de Mazeyra una propuesta diferente, con más nervio, en la literatura nacional de ahora.

Los 28 relatos cortos de Mazeyra golpean, por lo general, en los diálogos. Hay un cambio de sentido, una transformación en los personajes y en la esencia del cuento cuando los personajes hablan, y ahí el narrador, por lo general, toma la actitud de entrevistador: entra en lugares desconocidos de su interlocutor, así eso signifique toparse con tierra firme o movediza, placer o dolor.

Y esa parece ser la intención transversal de los textos de “Unicornios y cocodrilos”: hallar lo imprevisto, lo extraño, lo prohibido y romper las certezas de las convenciones sociales. En esa actitud artística, Mazeyra también busca salir de los temas que rodean sus libros y presenta cuentos de ciencia ficción, como “Elecciones en Ariadna”, que no consiguen el vuelo de los demás.

Otro momento en que el escritor se atreve es cuando habla sobre el fútbol. Con “Bernardo Cuesta se queda en Melgar”, el autor se queda en un testimonio personal sobre su admiración a un gran delantero y al club rojinegro.

Sin embargo, en “Morir jugando al fútbol”, la pasión por ese deporte alcanza más dimensiones: el fútbol como una forma de vivir al límite y de sentir, sentir, sentir.

“Hay una especie de ¡Ajá! Al menos durante un instante alguien siente por algo o ve algo lo mismo o igual que yo. Eso no sucede todo el tiempo. Son destellos o llamaradas breves, pero yo los experimento a veces. Y así no me siento solo, intelectual, emocional y espiritualmente”, decía Foster Wallace, para cerrar la cita del inicio, sobre la narrativa, y lo mismo se puede decir de lo que genera el último libro de Orlando Mazeyra.

EN LÍNEA

El libro “Unicornios y cocodrilos” se puede conseguir en línea, escribiendo al correo electrónico .