Doña Rosa Ramos deja un gran legado al haber guiado a nuevas generaciones.
Doña Rosa Ramos deja un gran legado al haber guiado a nuevas generaciones.

La calle Comercio, una de las zonas de más famosa desde tiempos inmemorables y epicentro de la actividad comercial en Catacaos, obteniendo la Jerarquía 3 en el Inventario Nacional de Recursos Turísticos, está de duelo por el fallecimiento de una de las pioneras de la artesanía.

Y es que fiel a su estilo, doña Rosa Ramos Cárcamo Vda. de Mogrovejo, a sus 91 años, se supo ganar el cariño, respeto y admiración del pueblo de Catacaos, que la volcó hacia la calle Comercio, para darle ese esplendor que posee ahora esta céntrica y neurálgica calle de los artesanos .

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LA MATRIARCA

“La maestra tejedora y artesana Tallán fue una mujer de sabiduría ancestral, que supo entender con el tiempo que su tierra natal es descendiente de esa cultura que le dejaron sus antepasados con sus costumbres, tradiciones y sobre todo el don de trabajo de las manos de la mujeres tejedoras artesanales”, así la definió su hijo Ernesto.

Además, doña Rosa fue una de las pioneras en la venta de artesanía en esta arteria donde se expresa el arte y la cultura, y se expenden los excelentes sombreros de paja toquilla, donde las dormilonas hechas en filigrana de plata y oro causan admiración mundial, los artículos de talabartería y otros más, y que hoy le rinden homenaje.

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SU VIDA

Se enorgullecía de haber nacido un 6 de enero, Día de la Bajada de Reyes. Era una mujer que tejió con fuerza, amor y dignidad. Por algo se había convertido en estrella de guiar a generaciones de tejedoras que hoy lloran su partida.

Doña Rosa fue parte de una familia de artesanos. Su padre Manuel Asunción Ramos Silva, natural de La Piedra, fue un destacado tejedor de sombreros, además su hermano Juan (+) fue uno de los últimos buriladores de calabazos. Estuvo casada con el arequipeño Fabio Enrique Mogrovejo Chilque, con quien procreó 9 hijos, todos excelentes profesionales.

“Fue una matriarca ejemplar e invalorable para todos los cataquenses, una mujer de temple, lucha y corazón grande. Pionera en elaborar arreglos florales, tejía sombreros, elaboraba trabajos en macramé, con un sello único llevándole a ser parte del grupo impulsor que creó la Asociación de Artesanos de Catacaos”, señala su hijo Ernesto .