Autodidacta morropano, junto a varios hijos de Catacaos, pintaron los murales.
Autodidacta morropano, junto a varios hijos de Catacaos, pintaron los murales.

Visitar el templo San Juan Bautista de es admirar con éxtasis las bellas pinturas que están en su interior y los turistas se llevan una impresión de ver algo similar a la Capilla Sixtina del Vaticano.

Allí, es encontrarse con ese misticismo, que se multiplica con la iconografía de sus murales hechos por manos locales que alberga la religiosidad en toda su potencia, con cuadros que representan desde la creación hasta la Ascensión de Jesús y otros santos.

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GESTOR

Pocos quizás conocen que esta obras titánica tuvo como gestor a Francisco Cienfuegos Rivera, un joven autodidacta llegado desde Bigote (Morropón) y junto a varios artistas de la zona hicieron estos frescos, que son muy apreciados dejando una estela de algo inolvidable para los visitantes.

Fue don Humberto Requena Oliva, presidente del comité Pro Reconstrucción del Templo, quien le propuso, tras un inicio con pintores locales, dar vida a la parte interior del techo con cuadros inspirados en la Capilla Sixtina de Roma.

Acepté sabiendo que mi obra quedaría para la posteridad, no todos los cuadros los pinté yo, pero si la mayoría y eso me llena de mucho orgullo”, señala el artista.

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PINTURAS

Francisco Cienfuegos nos cuenta que lo maravilloso fue trabajar Ad Honoren, “trabajamos durante 3 largos años en los techos y paredes de la Iglesia y di lo mejor para plasmar esas enormes pinturas la mayoría de las cuales miden más o menos 4 mts. trabajé sin descanso para concluir la obra lo más pronto posible, muchas veces pintaba hasta de madrugada”, rememora.

Las réplicas pictóricas realizadas por Cienfuegos fueron: la Creación del Hombre, la Ascensión, la Sagrada Familia, La Anunciación, la creación del hombre, la Ascensión de Jesús, la expulsión del paraíso, la anunciación de la Virgen, San Juan Bautista, la expulsión, el bautismo de Jesús, la crucifixión, la muerte de San Juan Bautista, Pentecostés, la Resurrección, David y Goliat, entre otras.

Para finalizar señala, “para mí siempre será gratificante regresar al templo y contemplar con agrado aquellas pinturas que representaron una época importante en mi vida”.

Recuerda entre los pintores locales a Mary Susan Campoverde junto a su padre Segundo, José Ipanaqué Trelles, Arnaldo Temoche, Rodolfo López Ávila, Jorge Vega, entre otros.