Gustavo Rodríguez: "La mujer aún no  tiene el lugar que se merece en el mundo"
Gustavo Rodríguez: "La mujer aún no tiene el lugar que se merece en el mundo"

En su nueva novela, "Madrugada" (Alfaguara, 2018), Gustavo Rodríguez nos presenta una tragicomedia feroz sobre el drama de un cantante (Danny de los Ríos) que busca la gloria en un concurso televisivo, mientras su hija (Trinidad Ríos), a quien no conoce, lo busca para salvarse de morir después de enfrentarse a las vejaciones, el racismo, la violencia y los prejuicios de una sociedad enferma.

“De esa colisión, nacen esquirlas dolorosas. Hacemos un viaje por el horror, pero con una mirada socarrona”, nos cuenta el narrador peruano, cuyo relato se mueve al ritmo de los Bee Gees y de otros clásicos.

Trinidad ha sufrido por la muerte de madre, la abuela que no la quiere; sufre la soledad, el abuso y, por otro lado, vemos en ella a una mujer luchadora... 

Si hay una palabra que describe a Trinidad Ríos es esa cualidad que los físicos nombraron antes que nadie: resiliencia. Es una sobreviviente total. No es gratuito que “Stayin’ Alive” sea parte de la banda sonora de esta novela. Creo que, a pesar de que es un personaje ficticio, ella encarna todo el sufrimiento, todas las postergaciones, todo el prejuicio que he yo podido observar en una sociedad como la peruana con respecto a las mujeres; y, quizá, también encarne todo lo que he tenido que desaprender del machismo que tengo dentro. Trinidad Ríos simboliza todo el horror que podemos ver con respecto al lugar de la mujer en América Latina. Quizá sea un personaje local, pero también tiene resonancia universal, porque el lugar de la mujer en el mundo todavía no tiene el sitial que se merece.

Trinidad llega conocer a su padre, pero no sabemos si lo ama o si solo es conveniencia... 

Me planteé esa pregunta cuando escribía sobre Trinidad. Ella sabe que al encontrarlo puede salvar su vida porque necesita un trasplante; pero también es verdad que todos llevamos un padre simbólico dentro. Por un lado, Trinidad busca a Danny por conveniencia funcional, aunque no puede desapegarse de lo que implica la noción de padre que lleva en su mente, con toda la mitología que puede haberse creado de él.

Hay un guiño, una crítica, a la minería ilegal; porque a través de esta actividad Trinidad contrae una enfermedad que es la consecuencia de muchas cosas... 

No es función de esta novela hacer una crítica social panfletaria. Yo necesitaba que Trinidad Ríos sufriera algo por haber estado en un lugar nefasto. Para mí, que ella haya estado en Madre de Dios en una operación de minería ilegal es la excusa perfecta para simbolizar muchas otras cosas. Lamentablemente, la trata de personas y la prostitución que giran en torno a la minería ilegal son una realidad para muchas mujeres en el Perú. Me gusta que tus preguntas desemboquen en Trinidad más que en Danny, porque una cosa que debería sorprendernos no es que exista un personaje como ella en mi novela, sino que existan miles de Trinidad caminando por nuestras calles y no nos demos cuenta.

Zoila, la novia de Danny, tiene un problema con los celos y por momentos piensa en hacerle daño por mujeriego...

Es un caso patológico, pero azuzado por un tipo de violencia familiar que vivió. Se vio relegada por ser mujer. Tú no tienes que estudiar porque alguien te desvirgará y se ocupará de ti: eso es feminicidio. Feminicidio no es matar o vulnerar a una mujer; es hacerlo por el solo hecho de ser mujer. Zoila fue víctima de feminicidio y eso, unido a cierta patología, hace de ella un personaje temible.

Las acciones que piensa tomar normalmente son cometidas por hombres...

Yo soy consciente de que tenemos que luchar y proteger al más vulnerable de una sociedad. En nuestro caso, la mujer ha estado y sigue estándolo, pero tampoco quiero ser panfletario con esto. Yo detesto la violencia venga de donde venga. El hecho de que haya un personaje violento siendo mujer no significa que por eso mismo los hombres deban excusar sus acciones. Tal vez ese personaje está ahí por eso; no lo he reflexionado demasiado.

Danny la pasa mal como cantante y ve una luz de esperanza, pero la tiene difícil...

La esencia de Danny tiene mucho de lo que emanan mi hermano mayor en la vida real y los músicos. La carrera del músico es muy sacrificada. Danny busca la redención y por fin tiene la oportunidad de ser conocido por su talento como imitador de los Bee Gees en televisión nacional. Una vertiente que me gusta de Madrugada, y que acompaña a muchas de mis obras, es la admiración y respeto por quienes hacen cultura pop. Me parece que la belleza puede estar en cualquier tipo de manifestación humana y creo que una persona que busca alcanzar la gloria en un programa de imitadores se merece el más digno respeto.