"Un día lluvioso en Nueva York", la película número 50 de Woody Allen, que llega este jueves a las salas locales, es una comedia romántica que habla del amor, despojándolo del nombre comercial y cliché que se repite en las películas, la música y los libros.
La última cinta de Allen es divertida, intrigante, hermosa en cuestión de fotografía, en la que entrega su fino humor a través de la ironía en los diálogos. Y, sobre todo, es un homenaje a la ciudad que el cineasta amó antes de la modernización.
HUMOR
Gatsby (Timothée Chalamet) y Ashleigh (Elle Fanning) son una pareja de universitarios que viaja a Manhattan porque ella tiene una entrevista con un director famoso que sufre una crisis existencial, creativa y de bebida.
En ese viaje, Allen se burla de los cineastas, los guionistas, los actores, del periodismo, de la alta cultura, pero con un lenguaje sutil y envolviendo todo con canciones como "Everything Happens to Me", en una ciudad transformada por la mirada del cineasta.
La película "Un día lluvioso en Nueva York", tomando parte de la esencia de "Medianoche en París", es una celebración del humor, el amor y la lluvia, que lo cambia todo en una ciudad.