Jorge Espinoza Sánchez (Lima, 1953) es poeta, narrador y editor. Recientemente ha publicado “Celebración de los dones, poesía reunida 1973-2024” (ed. 2025), antología en la que se aprecia la evolución del autor en más de cinco décadas: cambios de voz, temas, sensibilidad. Nos ayuda a identificar la diversidad temática y variantes formalistas para su ubicación dentro de la poesía peruana contemporánea.
Descripción
Es una selección extensa, desafío para el lector que puede leer en orden cronológico y observar diferentes imágenes, metáforas que denotan variantes de memoria, motivos peruanos e identidad en el paso del tiempo. En esta antología reunida, en la mayoría de sus textos la poesía se expresa en la miseria y la grandeza humana. No es exactamente “celebración”, aunque parte del corpus reunido, es una visión más amplia de la vida, y la cercanía a la gran noche nos hace tomar conciencia de muchos espacios oscuros. Tiene carácter retrospectivo, de balance y revisión de vida. Marco Martos describe al autor como “intelectual múltiple” y señala que mayormente es conocido como novelista. Nos obstante, hay que dar atención a sus obras líricas escritas entre 1973 y 2024. Espinoza apuesta por la irreverencia, la alegría, pero también la denuncia. Por lo general, mezcla de desenfado, compromiso, exploración de lo marginal o silenciado.
En el infierno
En el apartado “Poeta en el infierno” (1995), denuncia la experiencia límite del “infernal” testimonio de la prisión. El título sugiere un desplazamiento hacia una experiencia extrema, casi testimonial, de “infierno” como metáfora de vida de represión, cárcel, exclusión. Como ocurre en su novelística–testimonial acerca de su detención y encarcelamiento. Léase “Carta a los poetas del futuro” (p.41). El lenguaje usado parece oscilar entre lo íntimo y colectivo. Esta dualidad intimidad-público puede convertirse en clave para analizar el poemario. Espinoza mezcla erotismo, denuncia, lenguaje popular, referencias literarias clásicas o mitológicas, aunque quizá menos en este volumen que en otros posteriores.
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Sodoma
En “Documentos secretos de Sodoma” (2003) mezcla lo erótico, lo denunciante, lo fantástico y lo urbano: se habla de versos de fuego y azufre llueven sobre una Lima enardecida bajo el poder del caos, del autoritarismo político y la perversa degradación moral y espiritual. Se menciona el uso consciente del erotismo, no solo como celebración del cuerpo, sino como vehículo de crítica social. Al leer a Espinoza nos percatamos de que se instrumentalizó al sexo para plantear una denuncia social. Están presentes la fantasía, la ironía, lo pornográfico, la ternura como en su poema “epigramas” (p.59) y otros que oscilan “entre la ternura y la nota pornográfica de las lesbianas de ‘Cunnilingus (p.53). Escribe con provocación (erotismo, crítica social, lenguaje “crudo”).
Papiros
En lo que corresponde a “Papiros de Tiresias” (2007), los textos escritos en prosa poética tratan el tema helenístico recuperando la figura mítica de Tiresias (el adivino griego), lo que ya sugiere conexiones con la mitología, la visión, la transformación, quizá la experiencia límite. El libro es una memoria poética respecto a la tumultuosa existencia, que lleva por muchos caminos sinuosos y también polémicos. Nos conduce a la meditación del trayecto vital, y lo mítico como símbolo de esa experiencia humana.
Gacelas
En el poemario “Orquesta de gacelas” (2010), Espinoza recorre vertientes anteriores; erotismo, pansexualismo, mitología, simbolismo. Asimismo, la sensualidad no está sola, es puerta para lo trascendente, para el “ensueño” y lo irracional. Esto puede dar al lector la posibilidad de leer los poemas en dos niveles: uno de superficie (cuerpo, deseo, fiesta) y otro de fondo (espíritu, transformación, búsqueda). La metáfora de una “orquesta de gacelas” evoca tanto ligereza, movimiento, ritmo, como una combinación de belleza frágil y animalidad —esto puede leerse como metáfora de la propia poesía, que reúne múltiples “instrumentos” (erotismo, misticismo, simbolismo) para producir su música—.
Bárbaros
En la sección “Ya no espantas a los bárbaros” (2024) se abre con el título “Reino de la usura” (p.171) y lo relaciona a su modo con lo que antecedió Ezra Pound. Surge la voz de Espinoza desde una colina frente a lo acontecido y nos permite mirar “espacios oscuros”. Articula memoria, autorreflexión y se da el tránsito en etapas: un poeta que revisita su pasado y lo pone a conversar con el presente. Critica el orden social, financiero y moral: el primer poema alude al “reino de la usura”, donde “grotescos tahures conducen carruajes espectrales”. Aquí se identifica un núcleo crítico: la economía, el poder, la materialidad, la degradación moral como ejes que atraviesan la obra. Dualidad entre lo personal y lo social: Espinoza habla tanto de su vida como de las épocas pasadas y presentes. La cercanía de la gran noche hace que el lector tome conciencia de muchos espacios oscuros. Por tanto, el libro puede leerse en dos niveles: íntimo/autobiográfico y diagnóstico social/época. Concluye el libro con poemas de reciente estreno.





