Miles de visitantes y turistas recorren esta arteria donde deslumbran sus balcones coloniales.
Miles de visitantes y turistas recorren esta arteria donde deslumbran sus balcones coloniales.

Llegar a se toparse con una arteria que no puede dejar de ser visitado por los turistas. Y es que aquí, en la Calle Comercio, con una antigüedad de más de dos siglos, es el eje central de toda la historia cataquense.

Las dos cuadras rodeada de “balcones coloniales”, que conforman este paseo cultural y artesanal ha sido durante muchos años centro de comercialización de productos y donde los visitantes disfrutan de esta grata experiencia.

“Primeramente se llamó “Calle del Comercio”, pues en este lugar allá por los años 30 llegaban los habitantes de otros caseríos y distritos para comercializar sus productos agrícolas y otros, haciendo el llamado “Trueque”, hoy las casonas y balcones, considerados legado cultural es afectado por personas que no cuidan el patrimonio y nuestra identidad”, señala el escritor costumbrista Lelis Benjamín Rebolledo Herrera.

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LEGADO

Asimismo señala, “la historia cuenta que por ahí pasaban la procesión de los Curacas hacia las celebraciones en Ñariwalac centro ceremonial político y religioso del Señorío Tallán, también los místicos e inefables Reyes Magos del 6 de Enero, la majestuosa procesión del Cristo Yacente, los juegos de carnaval, paseos de antorchas, de mayordomos y cofradías y todos los sepelios”, nos cuenta el historiador.

Mejor dicho era un lugar magnánimo por donde pasaba de todo, “era centro para ir a comer a las pintorescas y rústicas picanterías del campo, hoy en día es considerado “Patrimonio Intangible” por la altura y profundidad de su belleza arquitectónica, que nos muestran todas las páginas de una historia plena de arte y de luciente estética inmarchitable”, refiere.

Además señala que es el centro del arte en todas sus modalidades, donde orfebres, talabarteros, tejedoras, pintores, joyeros y alfareros cataquenses (los pocos auténticos que quedan aún en vida).

La calle Comercio es una arteria imprescindible donde se expresa el arte y la cultura, donde los sombreros de paja toquilla son admirados, donde las dormilonas hechas en filigrana de plata y oro causan admiración mundial, los artículos de talabartería, las cerámica, las obras de pintura y escultura y otras artes creadoras de los Catacaos”, sintetiza.

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LUGAR APACIBLE

Para los que llegan de visita, la Calle Comercio es una sabía y afectuosa experiencia para recrear la mente durante el día y la noche, así como para los turistas regionales, nacionales y extranjeros que visitan la Heroica Villa

En esta misma calle además está la Casa de la Cultura, que la municipalidad no le da el valor adecuado; además está el local de la Asociación de Artistas Plásticos Catacaos que ofrece exhibiciones de obras de los artistas cataquenses. Este puñado de artistas plásticos están bajo la presidencia de José Nicanor Chero Pacheco

Su local es precario, pero histórico (décadas pasadas funcionaba los almacenes de la Desmotadora de Algodón de la familia Romero), pero hoy luce lleno de ilusiones, luz, color, armonía, estética, y emana todos los sentimientos humanos.