“La vida profesional de Laura Bozzo refleja cómo es el Perú”, señalan autores de Señorita Laura
“La vida profesional de Laura Bozzo refleja cómo es el Perú”, señalan autores de Señorita Laura

Desde 2001, luego de viajar a Suecia, Marco Sifuentes quería contar la historia de . Este año por fin “se alinearon las estrellas” y junto al escritor Hernán Migoya y el joven dibujante Ricardo Montes crearon el cómic Señorita Laura (Planeta), basado en episodios reales y ficticios de la controvertida vida de la autodenominada “Abogada de los pobres”. Un personaje demoniaco, físicamente parecido a ella, funge de narradora de esta historia con tintes de reality show.

¿Por qué eligieron a Laura Bozzo y no a personajes tan poderosos como Gisela o Magaly?

MS: Por varias cosas: no solamente la gente de afuera no sabe qué pasó con Laura Bozzo, sino que gente de (Perú) de veintitantos años no tiene idea de lo que pasó. Sabe que Laura es un personaje pintoresco de la televisión, pero no de las relaciones de la farándula y la política; la televisión y el poder, que se ve clarísimo en el libro.

HM: Marco era consciente de que Laura es todo un personaje en Latinoamérica. Si hablamos de otros personajes, me encanta Magaly, sería un personaje súper bonito, Gisela no me simpatiza tanto. Para mí Gisela es como el tío Tom (de La cabaña del tío Tom), el esclavo agradecido. Yo tengo un fuerte sentimiento de clase baja, para mí Gisela es como la traidora de clase, la que sube y asume todos los clasismos, defectos, tics repugnantes de esa clase alta a la que pertenece.

MS: Laura Bozo es del proceso inverso, viene de una cuna de oro y “se malea”.

Marco, cuando haces la investigación sobre Laura Bozzo, ¿qué es lo nuevo que encuentras?

MS: Lo que más me sorprendente del libro son dos cosas: comprobar que ese mito de que nació en cuna de oro no solo es cierto, sino que no entendemos la magnitud; tenía mucha plata, eso es algo que la gente no conoce. Lo otro: sus dos “relaciones sentimentales” más conocidas, la de (Vladimiro) Montesinos y la de Christian (Suárez). La gente tiene imágenes que no corresponden con la realidad sobre qué pasó con Montesinos y cuál es el cáliz de su relación con Christian. Esas dos cosas (hallé), además de este testigo anónimo que cuenta cosas interesantes. En el proceso del libro descubrí también que detrás hay una maraña de racismo, clasismo. Su vida profesional refleja cómo es el Perú.

Hernán, cuando te tocó armar el storyboard, ¿que opinión te generó esta mujer?

HM: Es un personaje con muchas aristas, va pasando por fases. Me interesa más el tema de la conversión de esa vida excesiva, exagerada; su traslación al lenguaje del cómic que el personaje en sí. Es un personaje con muchos claroscuros, hay fases en las que me da mucho miedo, el atropello de Andreína me generó conflictos internos a la hora de narrarlo. Ese punto me bloqueó, no encontré el enfoque que no nos pusiera en categoría de aves carroñeras, de buitres. Luego, sin embargo, he ido sintiendo hasta cierta simpatía por el personaje de Laura.

¿De verdad sentiste simpatía?

HM: Sí, esa especie de impunidad que tiene para salir de cualquier acusación. Es como un elefante en una cacharrería, como un ladrón intentando robar panderetas; nunca pasa desapercibida. Esa especie de: “aquí estoy yo, dispárenme carajo, cobardes”. De los periodos oscuros me alejo lo máximo posible, porque ahí hay cosas muy cuestionables.

La intención, entonces, no ha sido mostrarla como un ave carroñera...

MS: Creo que ese hubiera sido el camino fácil. Mi idea es que el lector se sorprenda, porque la mayoría va a comprar y decir: “Ja, ja, ja vamos a ver cómo le sacan la mierda”, pero se encuentra con alguien que abusó de su poder, que sigue abusando de su poder, pero que es una persona como cualquier otra, que tiene pérdidas, se enamora, sufre.

HM: Teníamos claro que si humillábamos al personaje, que en el fondo es nuestro hijo, o si nos aprovechábamos para sacarle la mierda al cómic, nos estábamos traicionando como autores.

Laura amenazó con demandarlos por la creación del cómic, ¿han hablado con ella?

MS: No, seguramente ya leyó el libro y ha descubierto que nos ama (risas). Era esperable esa reacción, después se va a dar cuenta que es el juicio más ecuánime que se le ha hecho nunca.

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