Las Editoriales Independientes, afrontan crisis por carencia de la "Ley del Libro"
Las Editoriales Independientes, afrontan crisis por carencia de la "Ley del Libro"

A raíz que la Editorial independiente Estruendomudo realizó una "pollada literaria" el pasado 01 de octubre, los Editores Independientes del Perú (EIP), por medio de su página de Facebook, detallaron las problemáticas por las que están pasando, resaltando que son pequeñas empresas que no pueden acceder a la Ley del Libro.

A raíz de una actividad pro fondos de una de las editoriales de nuestra asociación, se ha abierto un debate en torno a la problemática de la Ley del Libro, su verdadero alcance y la situación de nuestra aún precaria industria editorial.

Editores Independientes del Perú (EIP) trabaja en favor de generar políticas que ayuden al fortalecimiento de la industria, a través de su fuerza productiva: los editores. Pero nuestro esfuerzo, aunque constante, aún no ha dado frutos. Los obstáculos que sorteamos son diversos. Aquí un breve recuento de nuestra problemática:

1.- Más del 80% de editoriales en el Perú son microempresas, sin embargo, no accedemos a la mayoría de los beneficios tributarios que la Ley del Libro contempla. Los requerimientos que plantea el Reglamento de la Ley exceden la capacidad financiera e instalada de nuestras editoriales, lo que nos hace menos competitivas ante cualquier empresa importadora o editorial transnacional, quienes sí logran, por su tamaño y estructura de costos, aprovechar lo que la Ley del Libro promete. Un libro editado por una editorial transnacional, con el mismo tiraje, misma imprenta, mismo canal de distribución resulta ser menos costoso que el producido por cualquiera de las editoriales que conforman esta Asociación.

2.- Debido a la indiferencia del Estado y sus esquivas políticas públicas culturales, la pequeña editorial peruana se encuentra excluida de participar en las licitaciones para generar contenidos o ser considerados en adquisiciones públicas de libros, ya que no nos es posible superar la valla que plantea el Estado para este tipo de procedimientos. Esto que podría ser un gran impulso para la edición y el fortalecimiento de la industria editorial, resulta ser un negocio de pocas empresas grandes que compran contenido extranjero o que nos obligan a aliarnos a ellas para poder postular nuestro contenido.

3.- El apoyo institucional privado o estatal es escaso. No contamos con fondos concursables para la movilidad, comercialización, exportación e infraestructura de las editoriales como otros países de la región como Colombia, Argentina o Chile. Más aún es imposible hablar de acceso al crédito a pesar de que la Ley del Libro lo señala.

4.- La informalidad de la cadena del libro recae sobre nuestros costos. El proceso de liquidación de algunas librerías, no todas por supuesto, llega a tomar meses o años, lo que hace que no podamos contar con un plan de reinversión o crecimiento.

5. De igual manera, carecemos de un Plan Nacional del Libro y de un efectivo Sistema Nacional de Bibliotecas. A nivel municipal aún se cree que la implementación de bibliotecas públicas es posible a partir de donaciones y no por compras públicas que eleven la calidad del catálogo que ofrece al ciudadano (lector o no lector).

La actividad organizada de nuestro socio Estruendomudo es un grito de alerta sobre la necesidad de una toma de conciencia por parte del Estado: el desarrollo de nuestra industria editorial pasa por el fortalecimiento de las empresas de nuestros editores independientes, producción imprescindible para preservar, enriquecer la bibliodiversidad y la difusión de las ideas. Un paso importante en el camino para la creación de un país de lectores, objetivo aún muy lejano.

Por su parte, Álvaro Lasso , Editor de la Editorial que dio inicio a esta ola de demandas hacia las injusticias que afronta este gremio, mencionó en su cuenta de Facebook: "Mucha gente me preguntó como se te ocurrió la idea de la pollada literaria. Y creo que fue a partir de la acumulación de respuestas "Bien" a la pregunta "¿Cómo le va a tu editorial?". Con el tiempo el exceso de reacciones amables de mi parte me hizo pensar en la necesidad de un grito sincero. Decir a todos que las pymes que producen libros, por mas hits que puedan tener cada cierto tiempo, llevan un oficio hermoso pero en agonía. Los editores peruanos somos tomados como minusválidos por los grandes comerciantes, como héroes por los lectores, como informales por muchos agoreros que tiran dardos que la verdad no hacen daño como las verdaderas amenazas y vacíos que enfrentamos: la falta de seriedad en pagos de mas del 50% de las librerías limeñas, el Ministerio de Educación del Perú que le compra libros a las grandes editoriales y nunca considera nuestros catálogos (siendo los editores peruanos generadores del 75% de la literatura y pensamiento en el Perú), el Ministerio de Cultura del Perú y la Dirección del libro que hacen eventos bonitos pero no políticas culturales, a la Cámara Peruana del Libro que podría hacer un pabellón de editores independientes peruanos en sus ferias, las municipalidades que no tienen funcionarios especialistas en gestión cultural. Y así podría llorar hasta llenar una tacita de te." señaló.

Seguido de eso, destacó lo siguiente: "Es por eso que me quedé pensando que la mejor manera de prolongar el abrazo es extendiéndolo a Pedro Pablo Kuczynski, a los congresistas Indira Huilca, Alberto de Belaunde, Luciana León, Marisa Glave, Francesco Petrozzi, Marco Arana, Richard Acuña; a los ministros vinculados: Nieto Montesinos de Cultura, Saavedra de Educación, Thorne de Economía. Si este mensaje en una botella pueda llegar a sus despachos y leerlo, les diría que las pymes peruanas que producen libros (mas conocidas como editores independientes) y cuyo patrimonio cultural y social es enorme se encuentran en grave peligro", agregó Lasso.