El actor peruano detalla sobre Herodes, su personaje en la obra “Salomé”, una adaptación del clásico de Óscar Wilde, además de su pasión por el teatro y su posible regreso a la televisión nacional
El actor peruano detalla sobre Herodes, su personaje en la obra “Salomé”, una adaptación del clásico de Óscar Wilde, además de su pasión por el teatro y su posible regreso a la televisión nacional

El actor Leonardo Torres Vilar asegura que se siente contento con su interpretación de Herodes en la obra “Salomé”, una adaptación controvertida y audaz del clásico de Óscar Wilde, dirigida por Jean Pierre Gamarra en el teatro Británico.

El también director de teatro y profesor de formación actoral comenta a Correo que “Salomé” es una puesta en escena que, a pesar de tener un texto de la época de Wilde, aborda aún temas contemporáneos que se encuentran muy arraigados a la sociedad.

“Es una obra muy visceral que te hará sentir (...) y te hará entender muchas cosas sobre la vida, el amor y el dominio”, detalla Torres.

¿Cómo es tu personaje en la obra?

Mi personaje Herodes es uno de esos muy complejos, pero cuando trabajas con tanto actor talentoso es muy paja. El personaje tiene relaciones muy complicadas (...) y es variado todo el tiempo.

¿Cómo ha sido tu preparación?

A Jean Pierre no le gusta ser muy lineal, le gusta ver siempre un poco más allá y hay una visión visualmente muy poderosa y muy atmosférica, y eso me pone muy contento.

¿Te has visto muy involucrado con tu personaje?

Pues sí, esa es la chamba del actor. (...) Hay actores que miran el personaje como a alguien más y simplemente hacen la cosas, pero hay otros quienes nos gusta sentir y vivir momento a momento todo lo que está ocurriendo con el personaje y ya depende de cada uno. Técnicas y formas de actuación hay un montón.

¿Cuál es la sensación qué quieres que el público se lleve de tu personaje?

Me encantaría que la gente sintiera compasión por Herodes, (...) creo que es un hombre precario que continuamente está bajo el mando de su mujer, de sus súbditos, e incluso, de Salomé de quien se enamora. Creo que la gran víctima de la historia es Herodes y me gustaría que sintieran también compasión por él.

¿Cuál es tu momento favorito de la obra?

Bueno, realmente es perceptual. En cuanto a mi personaje hay un monólogo hacia al final de la obra donde Herodes le ofrece a Salomé una serie de riquezas. A mí me gusta mucho ese pasaje, es un encanto poder hacerlo como actor.

Y con respecto a la obra...

En cuanto a la obra me gusta mucho el monólogo final de Salomé, donde finalmente expone todo aquello que siente y ha sentido.

¿Esta puesta en escena es como un espejo para los espectadores?

Creo que lo más importante de una obra es que sea entretenida, y Salomé es entretenida, es dramática, por momentos es graciosa y creo que eso es lo más importante para que el público se vaya con una historia que pueda entender y disfrutar.

¿Y cuál es la reflexión de la puesta en escena?

La obra toca cosas muy arraigadas a nuestra sociedad que podemos ver continuamente. De allí la tendencia de Jean Pierre y de Lorenzo Albani [encargado de la escenografía] de no trasladarnos específicamente a la época en donde se supone que ocurrieron los hechos, sino que haya continuamente una [conexión] contemporánea (...) con lo que está pasando hoy.

¿En qué otros proyectos te encaminas?

Sigo al mando de mi estudio de actuación junto a mi novia y socia Diana Moscoso (...) Me encuentro rodando una película dirigida por Rodolfo Zavala.

¿Te gustaría regresar a la televisión?

Existe una posibilidad de hacer televisión, pero aún no está confirmado. (...) Si se da la oportunidad de hacer televisión sería bueno, pero te aseguro que no me quita el sueño.

¿Por qué debemos ir a ver “Salomé”?

Es una obra muy visceral, te va a hacer sentir y vas a salir del teatro no de la misma manera cómo entraste, y luego vas a caer en cuenta de la historia que te han contado (...) porque es una obra que no te es indiferente.

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