Leyser Gonzáles Chumacero (Jaén, 1987). Cursó estudios en la Universidad Nacional Pedro Ruíz Gallo. Ganó los primeros juegos florales FACHSE 2009, en la categoría de poesía. En el año 2021, publicó su ópera prima, un poemario experimental en prosa poética titulado “Inmelio 88 infinitos en la médula lisiada del ocaso”. Ganó el primer lugar en el Concurso Nacional del Huauco de Oro (Perú, 2022), en la categoría de poesía, con el título “Turista metaverso”. Además, obtuvo el tercer puesto en el X Concurso Literario Homenaje a Horacio Quiroga (Argentina, 2023), en la categoría de poesía. El año pasado, el poeta fue incluido en el Mapa Literario Regional de Lambayeque. Actualmente radica en Chiclayo y hace pocos días presentó en la ciudad de Trujillo su libro “El festín de los venenos” (2024, Nectandra Ediciones) el cual es uno de los libros más importantes publicados por sus contemporáneos en el interior del país.
Lambayeque
De los años ochenta a inicio de los años dos mil la literatura lambayecana estuvo representada por los integrantes de los grupos literarios “Pirca”, “Canto General”, “ADEL”, “Alma Matinal”, “SUAL” y “UNEAL”. En la última década sobresalen creativamente Ernesto Zumarán, Cromwell Castillo, Yohei Moriya, César Boyd, Ernesto Facho y Leyser Gonzáles, entre otros.
Libro
La poesía de Leyser Gonzáles Chumacero (Jaén, 1987), sirve de vía al retorno ontológico, a la meditación. Hay profundidad e imágenes que sugieren el viaje al interior del atento lector. La prosa poética que nos presenta en el “Festín de los venenos” es un mix temático en el que varía escenarios que registran la data de los textos, pero se mantiene en su ritmo. Es una búsqueda de la verdad desde la existencia terrenal que encara a la divina. Se identifican ideas, pensamientos. Hay traslados de los planos racionales a los utópicos, y siempre acompañados por los linderos de la filosofía como fundamentación del ser. Lo antropológico se acompaña con el existencialismo y sacuden al espanto registrado en lo vetusto.
Antes de la demolición
En el apartado “I Antes de la demolición” expresa: “En Cix, la existencia miserable y salvaje de las inteligencias naturales ha sido borrada sin piedad, como el humo denso que se escapa de una hoguera”(p.20). Sin duda, es una poesía bien tejida en contenido y forma. Transmite el concepto de que la vida es una fiesta, empero también una quimera continua. Supera la línea temporal de la poesía que la mayoría de escribas extienden en los anaqueles peruanos, he ahí su insularidad.
Hojas de ruta
En la sección “II Hoja de ruta” se accede a la lectura cual fuese un diario de soliloquios, o como a una agenda que describe monólogos. Así, se rompe racionalmente los conceptos de la moral y la virtud de haber imaginado la vida de una manera, y, caído el manto, es otra al fundamentar lo vital y existencialista desde otra razón de ser. Leamos: “Identidades. Pimentel, cerca de las rocas 23:55. ¿Qué desvaríos plasmaré sobre la arena? Yo soy el viento; la poesía, el mar. Siempre ha sido así y así será por siempre. ¿Qué disertaré sobre la conciencia efímera, que no retiene nada en la maltrecha mente de la eternidad? Desde mi morada hasta el mar se extiende una distancia de 14 kilómetros; una distancia equiparable a los dedos de Adán y a los de Dios, acercándose. Oh mar, cuando aquellos que me aman se vistan de luto, suplicaré que unos pocos granos de mis cenizas reposen sobre ti para siempre, te imploro no me arrojes lejos como un molusco enamorado perdido para siempre” (p.53). El conocimiento y el consciente lo han orientado a velar por el nivel estético alejándose de la verborrea coloquial de la poesía actual.
Duele la poesía
Por ello, la parte “III ¿Y si la poesía duele?” Es el recinto lumínico en donde asienta su pensamiento sobre la poesía que debe trascender. Estos poemas son crónicas de psicoanálisis desde la cotidiana experiencia de la vida y la escritura. La lectura que incitan a inquirir el trasfondo de su contenido como arte poética.
El festín
Finalmente, en el apartado “IV El festín de los venenos” en el poema “Poema sin ojos 1″, confiesa: “Caminaré/y no pienso regresar a este jodido infierno donde estoy cansado de morir / sin ninguna visión fresca de la eternidad” (p.99). No es el desencanto, es la negación de lo vivido en azar buscando el acierto lejos de los venenos que dan circunstancias fallidas en el umbral de la supervivencia humana.
Más allá del desencanto
Asertivo sintetiza en “Primigenia existencia: Creo, sin titubear, que esta es mi primigenia existencia. Aunque en vano intento evocar añoranzas de vidas pretéritas, todo es un lienzo impoluto, un vacío sin más, una antítesis de todo” (p.105). Su voz crece con fuerza y sostenibilidad. Siendo así emite su resumen en modo arte poética “Libre albedrío: No te sometas a escribir por imposición, / un poeta es un dios en su propia creación/, así su creación se vuelva contra él” (p.118). El norte tiene un poeta del cuarto del siglo en avanzada y que seguirá cantando más allá de los venenos y de los tiempos.