Hay una cita célebre de Julio Cortázar sobre el arte de escribir cuentos: “Un escritor argentino, muy amigo del boxeo, me decía que en ese combate que se entabla entre un texto apasionante y su lector, la novela gana siempre por puntos, mientras que el cuento debe ganar por knockout”.

El autor de “Final del juego”, “Bestiario” y “Las armas secretas”, por supuesto, sabía de lo que hablaba: fue un genio del género, parecía saber todos sus secretos, y lo dejó para hacer una novela extraña, “Rayuela”.

En la idea inicial de Cortázar, el cuento golpea al final, destruyendo el aparente orden en el que se movía el lector. Todas las certezas se desmoronan en el texto y dan pase a un nuevo significado, otras percepciones sobre lo que se narraba.

Sin embargo, antes de esa explosión, el escritor tiene la obligación de poner los detalles necesarios, los artefactos explosivos, a lo largo de la narración, para que el estallido final no parezca repentino, artificial.

Y esta es la intención de la mayoría de cuentos de “La casa abuela. Secretos que todos esconden” (Ediciones Altazor, 2020), del escritor peruano Luiz Carlos Reátegui.

Son diez relatos que buscan sorprender al lector con un giro de timón al final de las historias.

GOLPEAR. En “Caliente”, por ejemplo, el sistema planteado por el autor funciona bien, con un efecto transformador en la última frase. Lo que parece ser, al inicio, la llegada de una nueva trabajadora a una oficina se perturba hasta mostrar un nuevo escenario.

De igual manera, el cuento que da nombre al libro, que ganó el Bronce del último Premio Copé, consigue el mismo efecto, pero con una carrera más larga que el anterior texto.

Mientras que “La mirada de Bonzo” también llega a sorprender al lector, sin perder la lógica de la historia y dejando las marcas necesarias en la lectura.

Por otro lado, a los cuentos de “La casa abuela” les falta pulir más la prosa, sacar las cacofonías, ahorrar el uso de los adjetivos.

“El adjetivo, cuando no da vida, mata”, apuntó el poeta chileno Vicente Huidobro, una lección que ayuda en cualquier aspecto de la literatura.

Sin embargo, desde “Prohibido besar a las cholas”, los cuentos de Luiz Carlos Reátegui han ganado mucha contundencia.

Perfil del autor

Luiz Carlos Reátegui (1985) estudió Derecho y una Maestría en Gestión Pública. Ha publicado “Isabella Nápoles” y “Prohibido besar a las cholas”.

PREMIADO. Reátegui ha ganado el Premio Planeta Cuba y el Premio Copé Bronce.