‘Ordesa’ cuenta, desde lo autobiográfico, la relación de un niño con sus padres hasta que llega a la etapa adulta. (Foto: Johana Ugaz)
‘Ordesa’ cuenta, desde lo autobiográfico, la relación de un niño con sus padres hasta que llega a la etapa adulta. (Foto: Johana Ugaz)

Reconciliarse con el pasado o, lo que es más complejo, tratar de entenderlo es un proceso que todos deberían experimentar alguna vez, comenta Manuel Vilas. Solo mirando hacia atrás se puede entender que de los padres no solo se heredan los rasgos físicos, sino también las costumbres, gustos y manías, que se replicarán con los hijos, la pareja y los amigos. Ordesa (Alfaguara, 2018) es un libro autobiográfico, de catarsis, de memoria, que busca inmortalizar a través de la palabra a quienes fueron las piezas fundamentales en la vida del escritor español: sus progenitores.

¿Qué le motivó a escribir un libro autobiográfico?

Decir la verdad. Ya había merodeado un poco en lo autobiográfico. Ordesa es un libro sobre la muerte de mis padres. Un libro de recuerdos, de cuando yo era niño. Está escrito desde el duelo, la pérdida y la angustia de que ya no vas a poder hablar con tus seres amados. El narrador recuerda a la España de finales de los años 60, principios de los 70, que fue cuando tenía 9 o 10 años. Más adelante, el narrador también es padre, tiene 2 hijos. De alguna manera, hay un círculo de la experiencia vital. Cuando te conviertes en padre o madre, entonces te das cuenta, con más claridad, de cuánto de lo que eran tus padres se ha replicado, y eso yo quería mostrar en Ordesa.

¿Es un libro de catarsis?

Sí, sin duda, porque cuando uno consigue nombrar lo que está pasando y lo narra es una forma de catarsis. Eres capaz nombrar lo que te da miedo y cuando eso ocurre sabes lo que es, puedes convivir o intentar enfrentarse a ello. Me costó tres años escribir este libro, porque esta historia autobiográfica me causaba mucho estrés.

Si hubiera optado por la autoficción, se hubiera ahorrado ese estrés...

Es una buena observación, para los teóricos que distinguen entre la autoficción y lo autobiográfico. La autoficción no genera estrés; lo autobiográfico sí, porque pone muy nervioso al escritor, se trata de su vida. La autoficción es una evocación de ti mismo, pero desde la invención.

¿Y no hay cierto temor de exhibir pasajes íntimos y personales sobre la familia?

Hay muchos miedos; frente a esos había una gran voluntad de decir la verdad. No creo que se pueda decir la verdad entera, pero acercarme un poco a ello. Todo ser humano tiene derecho a saber qué ha pasado en su vida, cómo es su vida. Siempre nos ponemos muros como el trabajo, la pareja, para no contemplar la verdad. Yo quería la verdad; entonces, por eso escribí sobre lo que recordaba y pensaba, necesitaba contarlo. Hay una especie de impudor virtuoso.

¿Cómo es eso?

Un impudor al servicio de algo útil que es la verdad. No es un impudor de vanidad, sino que quiere servir al lector para que haga su propia composición del lugar e intente averiguar lo que realmente pasó.

¿Qué tan complicado ha sido regresar a los 10 años, recordar a los padres?

Había algo bonito en eso, porque la literatura permite que los muertos vuelvan a la vida y eso es muy luminoso, serena mucho. A través de la palabra se logra que el que ya no está en este mundo esté un rato contigo. Es una ficción, una ilusión, pero sí es útil. En ese sentido, Ordesa es una novela de fantasmas que hablan.

¿Hasta qué punto se debe exponer la verdad sin que esto pueda afectar a la familia?

Los personajes de Ordesa están todos muertos. Y una vez me dijeron “los muertos no tienen derecho a réplica”, pero el libro no es un ajuste de cuentas, sino todo lo contrario. Hablo desde el amor; entonces, cuando esto pasa, creo que se tiene permiso para hablar de lo más íntimo. Tuve la suerte de tener unos buenos padres. En los libros autobiográficos, hay un intento del narrador por tratar de comprender lo que hicieron tus padres, ese es el punto de partida.

Cuando ha vuelto a releer sus primeros libros, ¿cómo ha sido esa mirada al pasado?

Es como ver una foto antigua. Yo no escribiría así ahora. Hay mucha perplejidad. Realmente te das cuenta de que un ser humano es varios a lo largo de una existencia. Decía Karl Ove Knausgård, un escritor noruego -que escribe libros autobiográficos hace mucho tiempo-, que deberíamos tener distintos nombres, porque no eres la misma persona que cuando tienes 20, 30 o 40 años.

Manuel Vilas

Poeta y narrador. Autor del libro 'España' (2012), considerado una de las diez novelas más importantes en español de la primera década del siglo XXI.

Datos

- 157 capítulos tiene el libro 'Ordesa', además de un epílogo.

- 3 años tomó el proceso de escritura de 'Ordesa'.

- En 1982 publicó su primer libro de poesía titulado ‘El Sauce’.

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