Lo que empezó como una bitácora en la que iba registrando el antes y después de una experiencia límite en su vida, se convirtió, sin proponérselo en “Corazón en trance” (Peisa 2024), un testimonio que su autora, Margarita Saona, considera como un experiencia catártica tras su trasplante de corazón. “Es un libro testimonial, autobiográfico, que elabora dos cosas; por un lado la experiencia cardiaca que culminó con el trasplante de corazón, y lo que he tenido que hacer después para mantener mi salud. También es una reflexión particular de cómo escribí sobre esto en distintos momentos, cuando estaba en medio del proceso y después, para poder salir de la experiencia”, dice la escritora que acaba de recibir una mención honrosa en el Premio Nacional de Literatura 2024 en la categoría No Ficción por su libro “De monstruos y cyborgs”.
“Corazón en trance” es el fin de una trilogía, ¿te sirvió como catarsis para sanar heridas?
”Corazón en trance”, recoge un blog, algo que yo venía escribiendo y supongo que mientras lo escribía también cumplía una función catártica. Yo lo había empezado para mantener a la familia y a los amigos informados de cómo iba mi proceso, pero poco a poco fue adquiriendo, por lo menos en algunas de las entradas, un carácter literario.
¿En este testimonio la muerte siempre estaba presente, esperaba agazapada? Sí, porque desde el principio, cuando me dijeron que había tenido un ataque al corazón, siempre estaba la muerte como una amenaza. Pase luego por varias cirugías, y la primera, se suponía que tenía que funcionar, era a corazón abierto, pero en realidad mi corazón no se pudo recuperar.
¿Cuándo es que decides convertir las actualizaciones de tu estado de salud en un libro? La verdad, cuando lo estaba escribiendo no tenía la intención de que fuera un libro, pero muchas personas amigas me lo sugerían. Durante un tiempo largo yo no veía cómo, porque la función de la bitácora es la actualidad, lo que importa es sobre todo la inmediatez, pero con los años vi que había textos que yo quería conservar y que tenían algo más allá de lo puramente informativo e inmediato. Fue allí cuando comencé a trabajar con los textos, para convertirlos en un libro.
Definitivamente, el proceso de creación ha sido totalmente distinto a otras obras tuyas. A pesar de que he publicado ficción breve, mucha gente ve elementos autobiográficos allí, pero es ficción, puede haber elementos que coincidan con mi biografía, pero no he tenido la intención de contar algo que realmente me hubiera pasado, pero en este caso sí. Es algo complicado, porque sabemos que siempre, cuando contamos algo estamos construyendo una historia, aun cuando tengamos la intención de que sea verídica, hay un elemento allí de trabajo literario, la intención es comunicar esta experiencia.
¿En “Corazón en trance” hay situaciones y experiencias que dejaste en el camino y que preferiste no incluir en el libro?
Sí, pero las cosas que quité no eran realmente por pudor, sino porque no funcionaban dentro de un libro que en el fondo está creando una narrativa. Resultaban triviales las actualizaciones diarias de medicación y los resultados de algún examen médico. Muchas cosas que están, por ejemplo, entre corchetes, que son reflexiones posteriores que examinan mi propia escritura, y tal vez reflejan mi pudor, no siempre consciente, al ver las cosas años después, poder decir bueno en este momento yo escribí estas palabras, no quería realmente aceptar lo que me estaba pasando.
Una experiencia como un trasplante al corazón es una nueva oportunidad de vida, te obliga a replantear prioridades, evaluar cambios.
Bueno, lógicamente no sigo siendo la misma persona, pero sí hubo un giro dentro de los temas de mi trabajo porque me puse a leer mucho acerca de enfermedades y medicina. Tenía curiosidad de ver quiénes escriben sobre su salud, de qué manera los proveedores de salud escriben sobre estos temas, cómo escriben los pacientes, cómo escriben enfermeros, doctores, y tratar de entender qué hay en eso. También leí mucha poesía acerca de la enfermedad, y tal vez eso trataba de reflejar la complejidad de la experiencia, por eso es que escribí tres libros, porque recogen cosas distintas del proceso.