Miguel Ángel Torres Vitolas: “Soy feliz escribiendo, pero es un costo emocional importante”
Miguel Ángel Torres Vitolas: “Soy feliz escribiendo, pero es un costo emocional importante”

El asesinato de Isidro, personaje principal de Algunas muertes (Campo Letrado, 2017), como en muchos casos ocurridos en el país, queda impune, sin investigaciones ni culpables.

Once años después del crimen, este hombre “regresa” a su pueblo, donde conoce las circunstancias de su muerte y la resolución inevitable de su retorno al mundo.

Así empieza la historia de la primera novela del escritor y docente universitario Miguel Ángel Torres Vitolas, una inmersión de lo fantástico en la realidad que permite ver esencias de nuestra vida cotidiana.

¿Te parece que lo fantástico ingresa de manera natural a la realidad de tu novela?

El regreso de Isidro es el único hecho fantástico que ocurre. Los personajes no reaccionan de un modo gigante, desmesurado, pero sí hay un nivel de reacción. La idea es un poco como de la literatura fantástica. Un incidente fantástico que altera el espacio y a los demás. Lo que buscaba es que produjera esos cambios, pero que no apareciera de un modo exagerado, altisonante.

El crimen queda con los responsables libres. ¿Se puede entender que Isidro “regresa” para resolver esto?

Esa es la premisa de la que parte la novela, pero a partir de ello se desarrollan otras líneas narrativas.

Una de esas líneas es la relación tirante entre Lima y los personajes que viven en provincias…

Exacto. Por eso busqué situar la historia en un lugar que no sea exactamente andino, que esté más o menos cerca de Lima, pero no lo suficiente. Porque, en este tipo de sitios, he visto esta ambivalencia muy propia de los peruanos: de no reconocerse andino y de aspirar a algo más. Y, a su vez, en otros casos, de reconocerse andino y rechazar la ciudad. Lo que intentaba era que existiera una doble imagen de Lima: de un lugar al que se aspira y del cual también se siente rechazo, desconfianza.

¿Tu trabajo académico de qué manera aportó a tu primera novela?

En general, los divido bastante. Lo que trabajo académicamente son análisis del discurso, semiótica, lingüística, trabajos de medios, producción de textos o audiovisuales. Pero al escribir busco no meter mi cabeza de semiólogo y trabajar de modo distinto. No existen muchos puentes entre mi trabajo académico y literario. O, en todo caso, no me doy cuenta. Salvo, de repente, en la construcción de los diálogos. Cuando los personajes hablan, como soy lingüista: trato de construir algo que me permita reproducir o reconocer las estructuras que usan las personas en la vida real.

¿Compartes la idea de que cuando se corrige es el momento en que recién se empieza a escribir?

Pienso lo mismo. Yo vengo de escribir cuentos. En ese género, tengo la impresión de que el cuidado de la palabra y de las construcciones es muy importante. Si bien mi novela es más extensa que un cuento, no quise perder dichos aspectos. Desde que la empecé hasta que la acabé, hubo muchísimas correcciones y cambios hasta semanas antes de que fuera a imprenta. El trabajo de corrección es crucial, muy importante.

Jorge Luis Borges contó que Alfonso Reyes le dijo que un escritor necesitaba publicar para no corregir hasta la eternidad…

Exacto. Yo siento lo mismo. Por eso, muchas veces no quiero leer lo que ya he publicado porque siento que me sentiría mal. Si lo veo, tal vez encuentre errores o puntos que habría que corregir y cambiar. Si tengo algo publicado, evito volver a leerlo y más bien paso a otro tema, porque yo corrijo bastante.

¿Por qué escribes?

Siempre que uno escribe deja mucho de sí. Si no hay inversión personal, emocional, ni una parte significativa de ti que busque expresarse a través de esa novela o ese cuento, no le vería interés a escribir. Por eso me encanta escribir, pese a que tengo muchos trabajos que me impiden tener tiempo. Yo diría que soy feliz escribiendo, pero es, a su vez, un costo emocional importante. Escribir y corregir implican un sacrificio personal porque das mucho de ti. Hay un pedazo valioso de mi vida en este libro y en muchos cuentos que he escrito. Y ya está, ya los dejé. Ahora me toca buscar otras historias.

PERFIL

Miguel Torres

Escritor y docente

Licenciado en Lingüística por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Publicó los libros Animales baldíos (2001) y Piel inédita (2013).