Orlando, la celebración de la diversidad
Orlando, la celebración de la diversidad

Luego de dormir durante siete días seguidos, Orlando, un joven noble que abandona Inglaterra por una decepción amorosa, se convierte en una mujer.

El protagonista de la novela de Virginia Woolf, cuya adaptación de Sarah Ruhl llega al teatro nacional bajo la dirección de Norma Martínez, ha cambiado de cuerpo pero no de personalidad.

En los próximos tres siglos, Orlando se adaptará a los cambios del paso del tiempo y presenciará cómo quedaron atrás sus antiguos privilegios que le daban su condición de varón desde que era el favorito de la reina Isabel I.

“Me interesaba ponerla ahora porque estamos tan sensibles al concepto de género. De repente aquí podemos ver todo el asunto de otra manera, porque somos mucho más que el género con el que transitamos este periodo. También creo que nuestra identidad es múltiple. No somos siempre lo convencional. La sociedad trata de encajarnos en una sola cosa, cuando somos un millón de cosas. Orlando celebra eso: la diversidad que reside en uno mismo”, dijo Norma Martínez, directora de la puesta en escena.

PERSPECTIVAS 

La obra habla de la identidad, del sentido de la vida, del amor en sus diferentes formas, de la poesía y la creación artística.

A pesar de haber sido publicada hace más de 90 años, la novela de la escritora británica Virginia Woolf sigue vigente por los mencionados temas que aborda desde la sátira.

“Darle un ángulo diferente a esta conversación que hoy nos tiene tan agitados y enfrentados. Creo que no somos tan distintos, hombres de mujeres, sino que el sistema en el que vivimos nos ha hecho creer eso. Y esta mirada, que sigue siendo revolucionaria, puede echar una lucecita sobre estos temas”, comentó la también actriz.

Además, en sintonía con la coherencia del libro de Woolf, la directora se dio algunas licencias con la música de años más recientes.

“Esos son lenguajes contemporáneos que hemos insertado para celebrar la multiplicidad de la novela, para acercarla a la gente. No me parece forzado, todo ha ido naciendo espontáneamente. Es un personaje que viaja por cinco siglos. Entonces, por qué no puede estar Bowie en el siglo XVI y en el siglo XX volver a estar con John Dowland, que es un músico del siglo XVI”, detalló Martínez.

Diversión. Mientras que para Fiorella Pennano, quien interpreta a Orlando en sus dos etapas, la puesta en escena está repleta de alegría.

“Es una obra llena de diversión, una aventura. Habla de muchos temas: el amor, la vida, la identidad, la inmortalidad, del alma del artista. Son muy interesantes pero los une esta alegría de vivir, este juego que se comparte con todo el equipo. Ha sido un proceso en conjunto, una creación de este universo que constantemente se rompe”, manifestó Pennano.

La obra, de esta manera, mantiene el espíritu de la novela de Virginia Woolf: “la sátira y el disparate”, como escribió en su diario.