Pablo Simonetti: “Ser gay marca mi manera de ver el mundo”
Pablo Simonetti: “Ser gay marca mi manera de ver el mundo”

La figura contundente de la madre, con lo bueno y lo malo, estuvo presente con fuerza en dos de sus celebradas novelas. Este año, el escritor chileno Pablo Simonetti cuenta la relación de un padre y su hijo en Desastres naturales, novela que presentó en la 22a Feria Internacional del Libro de Lima.

Finalmente llega el padre a ser figura relevante de una de tus novelas... 

No fue nada premeditado. Después de terminar Jardín, quizás motivado por la memoria familiar, yo tenía un momento de mi infancia grabado, que era el viaje al sur todos los veranos. Esos instantes de armonía familiar y de cercanía con el padre, de contacto con la naturaleza, lo quise escribir, pero no tenía idea de a dónde iba. Tenía miedo, literariamente hablando, a que se convirtiera en algo sentimental, anecdótico, que no tuviera una corriente narrativa poderosa, pero cuando lo fui avanzando me di cuenta de que estaba escribiendo la relación del hijo con el padre.

Y ese padre de la novela, ¿es el tuyo? 

Es mi padre en muchos sentidos, pero también no lo es. Parte con ese elemento autobiográfico, como el viaje, pero después la novela me empieza a pedir cosas que son propias de la historia que estoy contando, sobre todo la etapa de la relación del padre y el hijo en la adolescencia, cuando está despertando la vida sexual. Ese padre tiene bastante de ficción.

¿Por qué demoraste tanto en convertirlo en personaje literario? 

Porque siempre fue un personaje opaco para mí, nunca supe lo que estaba pensando o sintiendo. Estábamos muy aparte en el engranaje familiar. En la máquina del tiempo familiar, los dos estábamos mediados por el engranaje de la madre que nos hacia girar.

¿En qué momento todo cambia? 

Hay un momento en mi vida que me termina conectando con él, con su fragilidad, porque, a pesar de haber sido un hombre imponente, tuvo una enfermedad degenerativa que lo acabó y a mí hace algunos años me dio un infarto cerebral. Allí lo pude comprender, me puse en su piel. Esto de escribir novelas lo heredé de él.

Además, eres un activista a favor de la comunidad LGTB, ¿cuánto de esto hay en tu literatura? 

Poco, fíjate. Creo la gente que me lee puede sentirse movilizada, representada, pero cuando creo mis personajes, pienso en sus sueños, sus miedos, sus anhelos, en términos muy distintos, me olvido por completo de la causa. En ningún momento la utilizo para decir “mira que fantástico es ser homosexual”.

¿Te molesta la etiqueta “literatura gay”? 

Yo creo que sí hay literatura gay. Proust era un escritor gay, Marguerite Yourcenar era escritora gay. Hay que aclarar ese punto. Hay literatura heterosexual, femenina y gay, y todo es literatura. Ser una persona gay marca mi manera de ver el mundo. Hay una emocionalidad y una psicología que están formadas en cuanto a mi identidad.

Sin miedo al estereotipo... 

¿Por qué tendríamos miedo de poner el apellido “gay”? Es una discusión que me parece interesante. Hay una literatura gay que la puedes reconocer en sus diversas tradiciones, la del dandi que la goza, todo el tema del conflicto del desamor, del entorno familiar, están los que viven su marginalidad; esta literatura existe y es obra de escritores ampliamente leídos. Es literatura gay y, además, gran literatura. La literatura gay también es universal.

PERFIL 

Pablo Simonetti

Escritor 

Autor de Madre que estás en los cielos, Vidas vulnerables, La razón de los amantes, La barrera del pudor, La soberbia juventud, Jardín y Desastres naturales.

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