Los libros póstumos siempre traen un debate y “En agosto nos vemos” no ha sido la excepción de la regla (Foto: Random House / AFP)
Los libros póstumos siempre traen un debate y “En agosto nos vemos” no ha sido la excepción de la regla (Foto: Random House / AFP)

No es una catástrofe pero tampoco una obra maestra. “En agosto nos vemos” (Random House, 2024), la novela póstuma de Gabriel García Márquez, es la resaca de todo lo escrito por el Premio Nobel 1982, una última lucha contra el olvido, metafórica y real, por el trabajo con la palabra y la memoria y las afecciones físicas en el final de la vida del autor colombiano.

El libro cuenta el viaje de Ana Magdalena Bach en la exploración del placer por medio de la trasgresión: con aventuras de una vez al año, junto a desconocidos que la colocan en el centro del goce y la desolación. No hay alegrías ni tristezas totalizadoras.

Aunque sí existe una constante: la soledad. Una sombra que no deja tranquila a la mujer, un estado que ronda en sus viajes anuales para dejarle gladiolas a la tumba de su madre en una isla (la soledad territorial). Ahí redescubre su mundo, cuestiona los principios en los que, desde un comienzo, no creía del todo: como la castidad de su esposo y su posterior fidelidad en el matrimonio.

El sexo y la muerte (la de su madre, la suya en el futuro) se mezclan en sus travesías que la orillan al disfrute y al llanto, al sosiego y la ira. Hay algo que García Márquez no lo dice de manera explícita pero se sugiere con la inmersión emocional: Ana Magdalena, por fin, está viviendo, después del enclaustramiento dócil de una vida familiar inmóvil y exasperante, a pesar de la culpa y el pudor.

Los primeros mundos posibles que busca la protagonista son los libros. Después, se acerca a una experiencia, impropia de su existencia hasta ese entonces, con encuentros sexuales furtivos que rompen el hielo de lo que era una rutinaria visita a los huesos de su madre.

En seis capítulos, la novela corta (o cuento largo: solo hay en Bach un desarrollo más sólido en el libro) tiene esa virtud de no dejar tanta inconsistencia en una historia de poca extensión.

No es magistral pero sí funcional, con sus defectos en la escritura (descripciones fáciles como “senos redondos y altivos”, la escasa poesía en el lenguaje y la ausencia de una complejidad mayor en los personajes). Es una entretenida obra menor dentro del enorme legado del escritor de “Cien años de soledad”.

Portada de "En agosto nos vemos" (Foto: Random House)
Portada de "En agosto nos vemos" (Foto: Random House)

DE HEREDEROS Y LECTORES

Los libros póstumos siempre traen un debate (larguísimo, mediático, a veces penoso y hasta judicial) y “En agosto nos vemos” no ha sido la excepción de la regla.

Desde el prólogo, los hijos de Gabriel García Márquez, Rodrigo y Gonzalo, cuentan un poco la lucha de su padre por terminar de corregir esta novela y de la decisión de que fuera destruida.

Incluso califican de “acto de traición” su publicación y que lo han hecho para “el placer de los lectores”. “Si ellos lo celebran, es posible que Gabo nos perdone. En eso confiamos”, cierra el texto introductorio.

Mientras que, al final del libro, hay un texto del editor Cristóbal Pera sobre el trabajo y los cuidados detrás de la novela antes y después de la muerte del nobel colombiano.

“En agosto nos vemos”, a mi parecer, es un libro publicable, pero tampoco es “El proceso” de Franz Kafka rescatado del fuego.

Si “El coronel no tiene quien le escriba” o “Cien años de soledad” hubieran estado inéditas y publicadas de manera póstuma, sí se podría comparar la situación de García Márquez con la de Kafka.

Este libro de García Márquez no alcanza el esplendor de sus obras más notables. Quizá su mejor regalo, además de la novedad de lo inédito, es el personaje de Ana Magdalena Bach, logrado hasta donde lo pudo trabajar el autor.

Y, al final, el disfrute inmediato y la posteridad de este libro están en mano de los lectores y el tiempo.

DATO

PRESENTAN LIBROS DE MOTONETA Y LUIGI VALDIZÁN EN MIRAFLORES

Luigi Valdizán y Motoneta presentan los libros “Tan pequeño, tan grande” y “Diente de León” en el Parque Reducto N°2, en Miraflores, el sábado 16 de marzo, a las 3:30 p.m.

Las publicaciones, dirigidas para prelectores (0 a 5 años), son una exploración lúdica y poética del mundo para los más pequeños.

MÁS LIBROS

“Caballos de medianoche” de Guillermo Niño de Guzmán

El libro de cuentos más celebrado de Guillermo Niño de Guzmán ha sido reeditado a propósito de los 40 años de su primera aparición, con el prólogo de Mario Vargas Llosa. Editado por Tusquets, tiene 156 páginas.

Portada de "Caballos de medianoche" (Foto: Tusquets)
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“Dónde dejar tanto ruido” de Roxana Crisólogo

La poeta peruana Roxana Crisólogo explora las distintas capas de una sociedad, desde un paisaje cotidiano hasta un conflicto mayor, consolidando su propuesta poética. Editado por Álbum del Universo Bakterial, el poemario tiene 104 páginas.

Portada de "Dónde dejar tanto ruido" (Foto: AUB)
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“Contra la amenaza fantasma” de Farid Kahhat

Farid Kahhat expone y reflexiona sobre la derecha en Latinoamérica, con sus personajes más representativos (Milei, Bukele) y las ideologías detrás de sus discursos y políticas. Editado por Crítica, tiene 163 páginas.

Portada de "Contra la amenaza fantasma" (Foto: Crítica)
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