El “Boom latinoamericano” más íntimo se expone en “Las cartas del Boom” (Alfaguara, 2023), libro que reúne la correspondencia entre Julio Cortázar, Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa y Carlos Fuentes. Es una mirada a las versiones personales de los cuatro pilares del “terremoto literario”, como lo llama Javier Cercas en “El punto ciego” al fenómeno irrepetible fechado en los límites de 1960.
En esta publicación se presencia el nacimiento de las amistades y las relaciones que mantuvieron los autores en dos periodos: de 1955 a 1975 y de 1976 a 2012, titulado este último como “Fin de fiesta” por los editores Carlos Aguirre, Gerald Martin, Javier Munguía y Augusto Wong Campos, quienes contextualizan las misivas con notas y documentos.
Los vínculos, iniciados en el mundo literario, se fortalecen con el pasar de los años por los consejos, lecturas, recomendaciones y defensas que se hacen entre ellos mismos y contra las críticas o situaciones adversas.
En los mensajes se vislumbra cómo los cuatro autores respiraban literatura. Sus mensajes, además de temas personales, están dedicados, en su mayor parte, a la escritura.
Se destaca a Cortázar como un lector acucioso, de los que te elogian y destruyen un manuscrito al mismo tiempo: Fuentes temblaba como “gelatina” por la revisión del autor argentino de “Cambio de piel”; incluso reescribió “Zona Sagrada” a partir de sus sugerencias.
POSTERIDAD
Hermanados (y luego distanciados) también por la política, antes del puñetazo de Vargas Llosa a Gabriel García Márquez, el grupo se movía como un ente sólido, un cuarteto de amigos que se cuidaban y alentaban de manera privada y pública, y que coincidían en sus intenciones artísticas de romper con lo que consideraban oxidado y tomar lugar en el debate mundial. Fuentes es una pieza clave en esto, con los contactos extranjeros necesarios para la difusión, publicación y otros proyectos de los narradores.
Así como es inevitable mencionar que el fenómeno literario y editorial funcionó de manera comercial y mediática, no todo fue publicidad y premios, como apunta José Donoso en su “Historia personal del «boom»”. Las cartas dejan en claro la posición de los escritores de llevar a la novela a otros límites, con “Rayuela”, “Cien años de soledad”, “La casa verde”, “La muerte de Artemio Cruz”.
Se pueden leer otros matices de la escritura de algunas de estas novelas: cómo la libertad de “Rayuela” abrió el camino para la exploración de la narrativa de los otros tres; o el asombro de Cortázar por lo que Vargas Llosa hizo en “La ciudad y los perros” y después en “La casa verde” y “Conversación en La Catedral”, quebrando el tiempo de sus narraciones, buscando un lector más atento al juego del libro; o un Fuentes emocionado por la lectura del manuscrito de “Cien años de soledad”, la novela que lo cambió todo en ese momento.
“El futuro de la novela está en América Latina, donde todo está por decirse, por nombrarse”, le escribe Fuentes a Vargas Llosa en 1964. Y así lo hicieron, como apunta Cercas en las conferencias Weidenfeld 2015, reunidas en el citado libro: “un grupo de novelistas latinoamericanos recupera el legado perdido de Cervantes, pone patas arriba la literatura en español (...) coloca de nuevo a la novela en español en el eje de la novela occidental de su época”.
Sesenta años después, es difícil imaginar a estos señores como los irreverentes muchachos que patearon el tablero en el siglo pasado (sin miedo a enterrar e insultar a sus rivales). Fueron más allá del marketing, los contactos y la política, porque escribieron obras maestras, libros cuyas estructuras todavía no se quiebran, un detalle elocuente del pasado y presente de la literatura en español.
“Las cartas del Boom” es un valioso registro de las conductas de los cuatro integrantes tercos y ambiciosos en su intención de escribir cada vez mejor y colocar la literatura latinoamericana en el mercado global. Las relaciones públicas desaparecen, los libros quedan.
DATO LITERARIO
A sus 87 años, el premio nobel Mario Vargas Llosa, el sobreviviente del “Boom latinoamericano”, publica su nuevo libro “Le dedico mi silencio”, la novela que saldrá a la venta, a nivel internacional, el jueves 26 de octubre. El libro tiene 312 páginas, editado por Alfaguara, cuenta con una historia sobre la música criolla como posibilidad de unir al Perú.
MÁS LIBROS
“Historias nikkei. Cartas de agradecimiento” de Miguel Vallejo y Wendy Terukina
“Historias nikkei” es un precioso libro que reúne cartas e ilustraciones dedicadas a personajes destacados como Tilsa Tsuchiya, José Watanabe y Julio Kuroiwa. Editado por la APJ, el libro tiene 87 páginas.
“El último cuerpo de Úrsula” de Patricia de Souza
Esta novela de Patricia de Souza, publicada en 2000, ha vuelto a circular gracias a la reedición de Hipatia. Es un notable libro sobre la identidad y el cuerpo, con una propuesta disruptiva. Tiene 142 páginas.
“Crónicas maricas” de Javier Ponce Gambirazio
Javier Ponce Gambirazio hace un recorrido sobre la forma en que se vivía la homosexualidad durante el siglo XX y cómo ha cambiado la situación en la actualidad. Publicado por Planeta, el libro tiene 246 páginas.