Ricardo León, en “Alias Jorge” (Planeta, 2020), retrata la transformación que ha tenido Sendero Luminoso después de la caída de Abimael Guzmán, a través de la historia de Víctor Raúl Quispe Zaga -hijo del actual cabecilla “José”-, quien decidió desertar del grupo terrorista y, luego, colaborar con la justicia.

¿En qué momento te diste cuenta que la historia de “Jorge” debía ser un libro?

Originalmente estaba escribiendo un libro sobre los tres hermanos Quispe Palomino: “José”, “Raúl” y “Gabriel”. Entrevistando a fuentes policiales, militares, analistas, pobladores de la zona, autoridades, especialistas, una de estas personas me sugirió hablar con Víctor Raúl Quispe Zaga y me lo presentó. Lo que me contaba resumía lo que buscaba hacer con la historia de los Quispe Palomino: contar ese viraje del Sendero Luminoso antiguo a lo que es ahora. Él había conocido el antes, durante y después, y se escapó de las filas terroristas. Conocía de memoria cómo funcionaba esta organización encabezada por su padre.

¿Qué fue lo más difícil de escribir “Alias Jorge”?

Lo trabajoso fue revisar todo lo que había ocurrido en torno a Sendero Luminoso, el Militarizado Partido Comunista del Perú (MPCP), como se llama ahora, en treinta años. Un trabajo largo de archivo y muchas entrevistas. Y la segunda parte difícil fue cotejar todo lo que me contaba Víctor Raúl, su versión de los hechos. Hablé con otras personas que habían participado en los casos y sí coincidían. Sus recuerdos estaban frescos y me decía la verdad.

Que Víctor Raúl cuente sus recuerdos en presente y pasado es como una metáfora de que el terrorismo en el país es el pasado de Guzmán y el presente de “José”...

Ahora que lo dices, es una curiosa metáfora. Por su forma de hablar, se expresa en pasado y presente al mismo tiempo. Cada vez que hay un atentado contra policías o militares en la selva o cuando se habla del MOVADEF, hay gente que todavía piensa que Sendero está muy vivo, como era antes, En realidad, Sendero ya es un grupo muy reducido, confinado, peligroso, sí, para las fuerzas militares, sobre todo, y para poblaciones de determinados sitios. Ya no es un grupo que pueda aspirar a mucho más.

¿Y ya no hay ideología, solo poder perpetuado por el miedo y la violencia?

Los terroristas actuales intentan seguir pareciendo Sendero Luminoso, en términos ideológicos, en sus comunicados o cuando ingresan a ciertos poblados del Vraem. Creo que en el mediano plazo, el MPCP va a desaparecer por falta de cuadros. Los cabecillas tienen por encima de 60 años, varios de la segunda línea están mayores o ya murieron. No hay un nuevo cabecilla en camino, no uno que sea conocido. Sus acciones son bastantes limitadas. El MPCP está viviendo sus últimos años.

¿Ahora los integrantes más jóvenes ven la deserción como un camino atractivo?

Creo que habrá más deserciones de los cuadros jóvenes terroristas. Como me dijo Pedro Yaranga, que sabe mucho de estos temas, son jóvenes más entusiastas por saber lo que ocurre fuera de sus campamentos terroristas. Tienen más contacto con el mundo exterior, ya no se comen el cuento de la revolución.

¿Y el narcotráfico, es de lo que se sustentan?

El narcotráfico subsistirá aun si no existieran los Quispe Palomino, siempre buscará la manera de autosostenerse porque mueve millones en el mundo. En cambio, las huestes de los Quispe Palomino van a terminar desapareciendo porque ya no les queda más camino y no han renovado sus cuadros, han perdido a figuras importantes, mucho de ellos están enfermos. Sé que “José” arrastra enfermedades de hace varios años. “Raúl” igual. “Olga”, la jefa de logística, también está enferma. No les queda mucho tiempo como grupo terrorista consolidado.

¿Víctor Raúl llegó a leer el libro?

Pasó algo curioso. Él está ahora en la selva. Cuando salió publicado el libro, le dije que se lo iba a mandar a través de un contacto. Lo hice, pero hubo cuarentena y el libro se quedó a mitad de camino. No lo ha visto físicamente. Hablo con él, con cierta frecuencia, y le dije eso.

¿No tuvo reticencias que publicaras sobre su vida?

Le pedí que me autorizara a contar su historia, que lo grabara. Tuvimos muchas entrevistas de varias horas. Me contó todos los detalles. Solo me pidió, por ejemplo, que no diera demasiadas especificaciones sobre la calle donde vive su hermana o no ahondar sobre algunos aspectos de su familia. Sí estuve de acuerdo en que no debía contar algunos detalles escabrosos, muy íntimos de su familia. No los puse.

Perfil

Ricardo León, periodista peruano

Nació en Lima en 1982. Es periodista desde hace más de quince años. En la actualidad, es reportero y editor del diario El Comercio. En 2016, ganó el Premio Nacional de Periodismo, en la categoría de Reportaje Escrito. Dirigió el premiado documental “Paulina”.