Zoila Vega Salvatierra presenta su libro de relatos "Cantan al hablar".
Zoila Vega Salvatierra presenta su libro de relatos "Cantan al hablar".

“No imagino mi vida sin música porque es lo que he hecho desde los tres  años, pero tampoco imagino la vida sin escribir”, nos dice sin atisbo de duda Zoila Vega Salvatierra, musicóloga y escritora arequipeña que presenta “Cantan al hablar” (Seix Barral), un libro en el que seis pianos cobran vida y sobre todo voz para contar sus  historias y las de otros.                           “Yo equilibro mucho la vida profesional con la escritura. A veces, cuando más estresada estoy con el lado musical, es cuando más escribo, es rarísimo, y a veces  cuando estoy más relajada, no se me ocurre nada para escribir, tengo unos bloqueos medio raros. La música es mi profesión, pero no significa que la odie, la hago y con pasión, y de hecho yo combino ambas cosas en este último libro”, dice Vega sobre la unión de sus dos pasiones.

¿Y cómo nace esta apuesta literaria? En primer lugar porque siempre me pareció tramposo escribir sobre música porque es lo que hago todo el día, y los músicos siempre hablamos de música, somos monotemáticos. La idea de hacer hablar, en este caso a pianos, me surge porque yo los he visto toda mi vida, me los he cruzado en mi casa y en mi actividad profesional.

Además presentas a estos pianos con sus modelos, características y sobre todo con la capacidad de contar sus propias historias y las de otros.                                                                               Eso fue lo primero que dije, qué diría mi piano de mí, si tuvieran la oportunidad de contar todos mis oscuros secretos, diría barbaridades. Pero además es la única vez que le he dado el poder a mi piano de decir lo que piensa, porque yo soy una desgracia con el piano, es un poco también redimir mis pecados, de decir, mira, no te he tratado muy bien en mi vida, no me he entendido contigo.

”Cantan al hablar” tiene también su propia historia y recorrido hasta su publicación. Y además de tener su propia historia,  tiene mucho de mi manera de escribir, yo me puedo demorar dos o tres años, hasta cinco para escribir una novela y luego tranquilamente la dejo en el refrigerador, seis, siete hasta diez años. En este caso han pasado doce años desde la última versión. Yo las termino, pero que se publiquen las novelas  ya no es culpa mía,

Dicen que los escritores son seres humanos muy inseguros. Probablemente sí, porque al menos, a  mí me da miedo cuando publico una novela y pierdo control sobre ella. La inseguridad de no saber exactamente lo que yo quiero que entiendan, o lo que cada uno puede entender, pierdes el control sobre el producto final. La primera vez que escribí una novela  entré en pánico y en un bloqueo espiritual que me duró un par de años, pero después dije no, vamos a separar lo que no puedo controlar. En este universo yo puedo hacer que los pianos hablen, pero en las mentes de las personas ya no tengo control.

"La idea de hacer hablar, en este caso a pianos, me surge porque yo los he visto toda mi vida, me los he cruzado en mi casa y en mi actividad profesional", dice la escritora Zoila Vega.
"La idea de hacer hablar, en este caso a pianos, me surge porque yo los he visto toda mi vida, me los he cruzado en mi casa y en mi actividad profesional", dice la escritora Zoila Vega.

¿Y cómo controlas tu ansiedad frente a la crítica literaria?
Allí sí tengo un pequeño miedo, nunca he estudiado literatura. La  crítica literaria, la teoría literaria, es una rama académica riquísima, exquisita con la que  no es que esté peleada, pero soy ignorante en ese sentido, entonces cuando los críticos se acercan a mi obra, pueden decir cosas muy hermosas o muy terribles, y aprendo mucho de eso, porque no lo sé.

¿Y entonces cómo ha sido tu proceso creativo sin la técnica?
No quiero de ningún modo menospreciar esa formación,  yo soy muy respetuosa de la formación académica, soy musicóloga, estoy en la academia pero en otra disciplina, y en musicología usamos mucha interdisciplina,  los análisis del discurso, y la teoría crítica, los estudios culturales forman parte de nuestro bagaje,  pero no para la escritura.  Yo he estudiado  en mi casa desde que tengo memoria, mi padre es poeta,  mi tío es dramaturgo y mi madre es una psicóloga muy eminente que me ha enseñado a observar a las personas.

Definitivamente una estricta formación familiar.  Desde chica he escuchado a mi padre que se sentaba, que leía pero también escribía, y me decía, qué te parece este adjetivo, me enseñaba gramática, Mi padre estudió Literatura, entonces yo he crecido con esa escuela que me sirvió cuando  me puse a escribir.

¿Y ahora qué ya estás logrando reconocimiento cómo lo tomas?
Con tranquilidad, porque no me deja escribir, ya me sucedió una vez cuando me puse a pensar ahora qué hago y me puse tiesa. Voy a seguir haciendo lo que hago, si me gusta, muy bien, si le gusta a mi padre, que es el más exigente, vamos bien y si le gusta a los demás, excelente, maravilloso.