Mary Luz Andía Arotaipe entrena en la pista atlética del estadio Melgar de la ciudad de Arequipa. Foto: Cortesía.
Mary Luz Andía Arotaipe entrena en la pista atlética del estadio Melgar de la ciudad de Arequipa. Foto: Cortesía.

Mary Luz Andia Arotaipe ha nacido tres veces. La primera cuando vio la luz en su natal Espinar (Cusco) un 9 de noviembre de 2000, luego cuando despertó literalmente de la muerte tras una operación por un tumor en la clavícula y la tercera, sin duda la más importante, cuando nació el 22 de setiembre de 2022 su hija Emma Lucía.

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Ese “volver a nacer” resume años de triunfos en las pistas, medallas y podios, pero también de una lucha constante y despiadada contra los males silenciosos que más afecta a los deportistas de alto rendimiento: el estrés y la ansiedad.

Salir embarazada, vivir todo el proceso y ser madre de Emma, ¿te cambiaron la vida? Prácticamente me cambió la vida, llegó cuando yo me quería retirar del deporte porque dañaba mi salud. Vivir la maternidad me hizo valorar más la vida.

¿Cuándo pasaste momentos complicados? Antes de participar en los Juegos Olímpicos de Tokio, cuando logré la marca mínima (junio 2019), comencé a experimentar momentos duros de ansiedad y estrés que no podía controlar, tenía insomnio, vértigo, quería desaparecer del mundo, pensé en el suicidio, fueron cosas muy fuertes que perduraron en el tiempo.

¿La ansiedad es un problema silencioso que también afecta a los deportistas de alto rendimiento? Fue uno de los motivos, además físicamente estaba muy agotada, tuve competencias muy pegadas y una operación de un tumor en la clavícula.

¿La operación fue complicada? Sí, literalmente regresé de la muerte. A los seis meses de nacida mi hija me operaron de la clavícula por un tumor que me detectaron; pero no me pusieron oxígeno.  La intervención duró 3 horas y desperté agonizando, no podía respirar, ya estaba en el otro lado.

Retomando el tema del estrés,  ¿consideras que el deporte es salud? Para las personas normales sí es salud, pero los deportistas de alto nivel no lo hacemos por salud, sino por alto rendimiento, es contra tu salud siendo sinceros. Cargamos con muchas lesiones, si lo haríamos por salud, entonces pararíamos para descansar, pero tenemos compromisos con nuestro país que no podemos renunciar. A pesar de estar lesionados tenemos que competir.

¿Se puede decir que el alto rendimiento es convivir con el dolor? Hay que convivir con el dolor mientras no sea algo muy grave. Se debe tolerar el dolor, eso es lo que te dice el entrenador. Nosotros entrenamos los 365 días del año en doble turno.

¿Por qué tienes ansiedad? No encuentro una explicación exacta. Cuando estoy por competir aparece, es la presión en pensar cómo me va a ir. A estas alturas acepto que soy ansiosa, pienso y repienso, eso me genera dificultades para descansar. Sé que los atletas de élite del mundo pasan por esto y lo manejan, nosotros estamos en ese proceso. Hace más de dos años que no hay psicólogo en el CAR, nosotros vemos la manera de pagar particularmente a un psicólogo.

Se vienen tus segundos Juegos Olímpicos, París 2024, ¿cuál es tu plan de trabajo? Ya lo planificamos con mi entrenador (Alfredo Quispe). Participaré en Dudince (Eslovaquia) en marzo, luego en el Mundial de marcha y después los Juegos Olímpicos nada más. Quiero cuidar lo emocional, ser amigo de mi cabeza. Dos veces por día en doble turno, los sábados y domingos de a 5 a 10 de la mañana. Estamos haciendo ruta dos veces por semana, domingo y miércoles.

Kimberly García demostró que si se puede, ¿el objetivo en París es tentar una medalla? Ella me ha dado muchos consejos, me contó cómo supero todos los obstáculos que tuvo. Perú puede ser el número uno del mundo en marcha. Kimberly nos enseñó que con apoyo o sin apoyo pudo lograr sus objetivos.

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