Los jugadores del FC Barcelona celebran su victoria en la final de la Copa del Rey en el estadio de La Cartuja, en Sevilla. Foto: EFE / Julio Muñoz.
Los jugadores del FC Barcelona celebran su victoria en la final de la Copa del Rey en el estadio de La Cartuja, en Sevilla. Foto: EFE / Julio Muñoz.

El Barcelona levantó la Copa del Rey tras ganarle este domingo, al Real Madrid (3-2) en el estadio La Cartuja de Sevilla de una manera agónica en los últimos minutos de la prórroga merced a un gol del central francés Jules Koundé.

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El rey Felipe VI le entregó el trofeo a los capitanes barcelonistas, el portero alemán Marc André Ter Stegen y el central uruguayo Ronald Araújo, quienes lo han brindado a los casi treinta mil barcelonistas que han apoyado a su equipo en la final en la que ha logrado el trigésimo segundo título copero de su historia.

Tras el equipo arbitral encabezado por Ricardo de Burgos Bengoechea y un abatido Real Madrid al que el Barcelona le ha hecho un pasillo pleno de deportividad hasta el palco, la euforia barcelonista se adueñó de La Cartuja cuando el rey de España les entregó la Copa.

3-2: Koundé le da la Copa al Barcelona

El francés Jules Koundé logró a falta del cuatro minutos para que concluyera la prórroga el 3-2 para el Barcelona que le da al equipo azulgrana su trigésimo segundo título de campeón de la Copa del Rey, tras una final ante el Real Madrid digna de un clásico de altura.

Los barcelonistas fueron muy superiores en la primera mitad, en la que se adelantaron con un gol del Pedri, pero en la segunda reaccionó el Real Madrid con la salida de Mbappé y le dio la vuelta al marcador para convertirse en un partido abierto y disputado que no se resolvió hasta las postrimerías de la prórroga.

La presencia de Dani Olmo como mediapunta fue la principal novedad en el once del alemán Hansi Flick, que llegó a Sevilla con bajas significativas como la de su goleador polaco Robert Lewandowski o la del lateral Alejandro Balde y con la presencia en el banquillo tras una larga lesión del meta germano Marc-André Ter Stegen.

Ferran Torres sustituyó a Lewandowski, mientras que en el lateral izquierdo fue Gerard Martín el cogió el puesto de Balde. Con ellos se encontraron a un Real Madrid mermado, en el que el italiano Carlo Ancelotti no tenía, además de los conocidos Dani Carvajal y Éder Militao, a Eduardo Camavinga.

Pero, con Kylian Mbappé en el banquillo aún con problemas en un tobillo, Ferland Mendy, que regresaba tras lesión para tapar la incursiones de Lamine Yamal, solo aguantó diez minutos y se fue otra vez con una dolencia muscular que obligó a salir a Fran García.

No tardó mucho, a los 77 minutos de darle la vuelta al marcador con el remate de cabeza del francés Aurélien Tchouaméni a la salida de un córner, pero la alegría blanca duró siete minutos, hasta que Ferran Torres cogió adelantado a Courtais y lo batió.

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