Del cielo al infierno, probablemente esa es la frase que describe a Costa de Marfil en los minutos de adición del encuentro ante Grecia donde ya tenían la clasificación asegurada, aguantando los embates del cuadro heleno.

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Sin embargo, un penal contra Giorgios Samaras en dicha adición cambió todo, de la alegría de la clasificación pasaron al desconsuelo de la eliminación aún más dolorosa ya que tocaban con los dedos los octavos de final.

El jugador del Celtic escocés no falló ante Barry y desató toda la alegría en la hinchada helena que, al contrario, pasó de la tristeza a la gloria y alimentan el sueño, casi imposible, de repetir la gesta del 2004 cuando fueron campeones de la Eurocopa, pero ahora en un mundial. (Fotos: AFP y EFE)