El testimonio de Thalía Mallqui, luchadora peruana en Canadá, que no puede regresar a nuestro país. (Foto: GEC)
El testimonio de Thalía Mallqui, luchadora peruana en Canadá, que no puede regresar a nuestro país. (Foto: GEC)

Saca tiempo de donde no tiene. Reparte sus horas entre el tatami (espacio donde se combate) y el cuidado a su hijo (Oziel, 13 años). Por esos motivos, (34) es considerada un símbolo de perseverancia y amor, porque representa al universo de madres que lucharon por convertirse en atletas, cumpliendo de la mejor manera ambos roles. Thalía es madre, esposa, hija, pero especialmente una luchadora en todo el sentido de la palabra. A los 17, inició su camino en este deporte y 17 años después es una de las deportistas con mayor trayectoria en la selección peruana. Correo conversó con ella a poco del.

- ¿Como así te involucras con la lucha libre?

Empecé la lucha a la edad de 17 años. Fue gracias a mi mamá. Ella fue la que siempre buscaba que estuviéramos haciendo deporte, sea cual sea, ninguno en particular. Pero esa vez me acuerdo había talleres gratuitos en el Callao. Mi mamá averiguó y decidió llevarnos a mí y a mi hermana. Así fue que llegamos a la lucha.

- Queda claro que la lucha forma parte fundamental en tu vida…

Sí, definitivamente, la lucha ha sido bastante importante, porque uno, pude postular a la universidad como deportista e ingresé. En la misma universidad, a veces era un poco complicado debido a los campeonatos o entrenamientos, algunos profesores te daban facilidades, otros no, pero más era el deseo de competir, de traer una medalla. También, por la lucha, conozco a mi esposo, tenemos un niño de 13 años. Y gracias a la lucha he podido conocer muchos países y mucha gente. La lucha ha sido y es hasta ahora una parte importante en mi vida.

- ¿Como divides tus tiempos entre ser deportista y ser mamá?

Ahora es un poco más sencillo, debido a que Oziel, mi hijo, está un poco más grande. Antes sí era un poco más complicado, porque cargaba con él para todos lados, siempre lo llevaba conmigo a entrenar, o cuando tenía que estudiar lo llevaba conmigo y como la universidad estaba cerca a la casa de mi mamá, lo dejaba un rato ahí. Me iba a estudiar y luego ya regresaba. Una vez que empezó la época escolar fue un poco más complicado, pero siempre hemos buscado la manera de acomodarnos. Si tenía que levantarme más temprano, tenía que hacerlo. Si a veces tenía que acostarme un poco más tarde, había que hacerlo, a veces tenía que sacrificar algunas horas de descanso por tratar de cumplir con todo.

- ¿Cómo hacías cuando tu hijo era más pequeño?

Al inicio yo dejé de entrenar, yo me alejé de la lucha alrededor de tres años, cuando ya mi hijo tuvo tres, yo regresé a la alta competencia, aunque había un pequeño temor, porque me habían hecho cesárea, aún tenía ese temor de la herida. Además, estaban los estudios y el tener que atender a mi hijito. Después. Ya regresé y no paré.

- En ese tiempo, ¿pensaste en algún momento en dejar la lucha?

Al inicio no tenía pensado regresar, porque más que todo me había mentalizado en estudiar, en el cuidado de mi hijito, y esto de regresar a la lucha sucede de una manera bastante extraña porque yo regreso a entrenar porque como que me sentía muy subida de peso, entonces dije: ya voy a hacer un poco de actividad física. Cuando voy a un campeonato no para competir sino porque mi hermana iba a competir, entonces no sé, me animé a pesarme y competí en otra y al final pues gané el selectivo. Me proponen que, si entreno, puedo ir al campeonato, me prepararé nuevamente y quedé campeona sudamericana, ahí empezó todo de nuevo.

- Tu esposo es luchador, tú lo eres, ¿tu hijo ya se está animando?

Él está metido en el colchón desde pequeñito, siempre le llamo la atención y es un niño bastante hábil. Yo me lo llevaba los entrenamientos, a veces se metía al colchón, por ahí que entrenábamos un poquito, cuando decimos formar nuestro club, también empezó a entrenar a competir desde los seis años, entonces está involucrado al 100%.

- ¿Qué torneos se te vienen?

Recién vamos a empezar ahora un campeonato en México es el Panamericano de Lucha Libre, que es clasificatorio para los Juegos de Santiago del próximo año. Después tenemos los Juegos Bolivarianos y los Juegos Suramericanos que son este año.

- ¿Cuál ha sido tu mayor logro como deportista?

El mayor logro es haber quedado campeona panamericana, pero si tú me preguntaras el mejor campeonato o quizá la mejor experiencia que haya tenido yo como deportista te podría decir que son los Juegos Panamericanos de Lima 2019. Es algo que nunca más se volverá a repetirse a menos para mí. Tuve la dicha de poder competir con mi hermana, mi esposo, incluso mi familia pudo ir a verlo, mi hijo pudo estar presente también.