Han pasado apenas quince minutos y Ramón Ferreyros, ganador de ochenta rallys nacionales e internacionales, está empapado en sudor. Obstáculos de colores, cuerdas que penden del techo y pelotas gigantes es todo lo que rodea al campeón. Pero las apariencias engañan. Esta no es una sala de juegos. Es un centro de entrenamiento atlético para deportistas profesionales y amateurs.

¡Rojo!, grita Vanna Pedraglio, su preparadora física y mental, y Ramón debe brincar sobre una fila de conos. ¡Rana!, ordena ella, y Ferreyros tiene que sortear por debajo una barrera de poco más de un metro de altura. ¡Tres!, vuelve a gritar, y el piloto debe lanzarse al suelo a hacer planchas sin descanso.

Vanna puede decir un color, un animal o un número, y Ramón debe recordar qué hacer con cada palabra en medio de este circuito. Solo así mejorará su coordinación y reflejos cuando corra a bordo de un auto a más de doscientos kilómetros por hora. Solo así mantendrá la concentración durante diez horas de carrera, en una cabina que hierve a más de treinta grados.

EN BUSCA DE LA FUNCIONALIDAD. Desde hace más de una década, Vanna Pedraglio estudia las habilidades que requieren los atletas profesionales y diseña entrenamientos personalizados. En Vanna Couch, el local que opera en el estadio Manuel Bonilla de Miraflores, no hay máquinas ni rutinas de un gimnasio tradicional. Todo el entrenamiento se basa en el movimiento.

"Mejoramos la funcionalidad del cuerpo según objetivos determinados: que seas más ágil para correr más rápido, más fuerte para no salir lesionado o más potente para correr mejor una ola. Te preparamos para que te desempeñes mejor en tu deporte", explica Vanna, figura delgada, rostro sin maquillaje, mirada retadora.

A su lado, Nicolás Fuchs, el primer peruano en coronarse campeón mundial de rally en su categoría, hace planchas con una mano mientras toca diferentes conos de colores con la otra. "Con 'Nico' trabajamos la velocidad de reacción y la concentración en condiciones de extremo calor y cansancio. Además de la fortaleza en hombros, espalda y cuello.

En un auto de carreras la fuerza centrífuga es tan violenta que te pega. Nosotros lo preparamos para que no salga lastimado", detalla Vanna con los ojos puestos en el piloto.

Ramón Ferreyros y Nicolás Fuchs no son los únicos que aplican su metodología durante hora y media, al menos dos veces por semana.

También la sigue fielmente César Bauer, segundo en el ranking mundial de 'bodyboard' de este año, Carlos Mario Zapata, ganador bolivariano de surf, cinco pilotos que se preparan para el Dakar, y decenas de atletas de surf, 'muay thai', 'pool dance', vela y BMX que han alcanzado los podios más altos nacional e internacionalmente. La primera en confiar en sus métodos, hace nueve años, fue nada menos que la campeona mundial de surf Sofía Mulanovich.

LA CIENCIA DEL DEPORTE. La primera vez que Vanna conoció el entrenamiento funcional estaba en España terminando una especialización en genética humana. El plan era volver a Lima para trabajar en el laboratorio de medicina animal de su padre, pero en los últimos ciclos de carrera todo cambió.

Entró como clienta a un gimnasio, consiguió empleo como entrenadora y la invitaron a capacitarse en el Centro de Alto Rendimiento a las afueras de Barcelona, un lugar donde presentan las últimas metodologías de entrenamiento en el mundo.

"Nos pusieron un montón de pelotitas, plataformas de inestabilidad, juguetes, y nos tenían de un lado a otro haciendo ejercicios cronometrados. Me sentí como una niña de diez años, pero a la par vi que te sacaban la mugre. Y ahí pensé: yo tengo que llevar esto al Perú", recuerda Vanna.

Así, a los 24 años, volvió a Lima dispuesta a aplicar la ciencia en el deporte. "Todo estímulo a través del ejercicio utiliza una vía metabólica. Yo uso la base que tengo de biología, anatomía y física para armar los entrenamientos", explica.

Así reunió US$400 para comprar un par de ligas y pelotas, y en el año 2004, en pleno auge del surf nacional, ofreció una preparación diseñada para tablistas. Por las mañanas entrenaba en las canchas del Club Waikiki y por las noches cargaba todo su equipo al hombro para dar clases a sus amigos en los parques de Miraflores. Un día Sofía Mulanovich la llamó y comenzó a mejorar su rendimiento a través de sus plataformas de equilibrio. Allí se empezó a correr la voz. Los campeones de diferentes disciplinas comenzaron a pedir sus servicios. Se había creado un nicho de mercado.

-Todos los atletas coinciden en que los llevas a dar el máximo de sí mismos.

Es que es la única forma. Así progreses, yo siempre voy ponerte cosas aún más difíciles para lograr tu mayor esfuerzo. Nosotros trabajamos con competidores de nivel mundial, entonces imagínate. No se trata solo de una preparación física, sino también mental para que puedan afrontar retos, para que den el máximo cuando su cabeza les dice que ya no pueden más.

-Y a la par se divierten.

Sí, creo que es más divertido estar todo el tiempo corriendo, pasando por encima, por abajo, en un ambiente lleno de color, que en un gimnasio con máquinas. Los adultos, una vez que entramos al mundo de las responsabilidades, nos olvidamos del juego, y aquí se trata de volver. La idea es que a través del trabajo lúdico mejores tu desempeño si eres profesional, y te vuelvas deportista si nunca en tu vida habías hecho deporte.