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La migración de, huyendo de la hiperinflación, la escasez de productos básicos y la conflictividad política, también ha movido a los atletas de ese país, y ahora juegan por nuestra bandera en los 

"Empezó a pasar con los entrenadores, después con los atletas y después vendrán los hijos de esos entrenadores y esos atletas (…); hay casos que se están comenzando a dar y va a ser así durante mucho tiempo", subrayó el periodista especializado Juan José Sayago, representante de prensa del campeón olímpico venezolano en esgrima Rubén Limardo a AFP

La judoca venezolana Yuliana Bolívar, había sido una atleta exitosa en su natal Venezuela, con medallas de plata en los Juegos Bolivarianos de 2009 y de bronce en los Juegos Sudamericanos de 2014. Sin embargo, por la crisis tuvo que emigrar a Lima.

Ahora, Bolívar representa a Perú. No había una judoca en su peso (+78 kg) y ella cubrió el vacío: "Quiero hacer algo bueno por este país que me ha dado tanto".

Pero también están casos como los de Jesús Vargas, José Herrera y Jonathan Farías, quienes integran la selección de béisbol de Perú. Lograron renacer para el deporte con otra bandera, la de un país que paradójicamente no bateaba. 

"Para nadie es un secreto lo que pasa en Venezuela. Vine acá a trabajar para poder ayudar a mi familia en Venezuela. ¿Béisbol? Yo vine con otra mentalidad: trabajar, trabajar y trabajar", comentó Jesús.

Ni José, ni Jesús, como quizá tampoco Farías, podrían haber llegado tan lejos como en Perú. Venezuela es una fábrica certificada de grandes beisbolistas.

Un entrenador nacido en Venezuela presente en Lima 2019 con otro país es Romer Azuaje, esgrimista que formó parte del cuerpo técnico de Ecuador en el pentatlón moderno. Compartió equipo con los hermanos Rubén y Francisco Limardo y espera competir como atleta con su nuevo país.