Hoy, Víctor Rossel se ha convertido en un empresario en el sector inmobiliario.
Hoy, Víctor Rossel se ha convertido en un empresario en el sector inmobiliario.

Por: Jerry Bautista

Los goles lo llevaron al estrellato, en especial con la camiseta de Sport Boys, aunque ya no extraña esa etapa de futbolista. Hoy, Víctor Rossel se ha convertido en un empresario en el sector inmobiliario -luego de ampliar sus conocimientos y pulir otro tipo de cualidades- y cuenta cómo ha sido ese cambio.

Dejaste el fútbol siendo joven, a diferencia del promedio. ¿Lo tenías planificado así?

Sí, tenía 32 o 33 años. Fue una decisión propia que estaba tomada. Dejé el fútbol antes que el fútbol me deje a mí, esa es la definición.

Hay delanteros que todavía juegan con 40 años en la Liga 1. ¿No te veías así?

Es decisión de cada uno. Yo creo que la vida va más allá de patear una pelota. Definitivamente, es bonito cumplir el sueño de ser futbolista. Hice más de 100 goles en primera división y jugué en distintos equipos en Perú, suficiente con eso. Ya tenía otro prospecto de vida para mí y no me equivoqué.

Pasaste más de 15 años como profesional. ¿Con qué problemas te topaste en ese ciclo?

Hay un sinfín de cosas. Hay aspectos que han mejorado, pues todo se ha modernizado y las redes ayudan mucho a cualquier persona. Todo avanza y todo va de la mano. Yo siempre sentí que no era un ambiente para mí. No me hallaba con cosas con las que nunca voy a estar de acuerdo, como los favores que hay por ahí de representantes o de jugadores. Ahora, también lo veo en la sociedad. Me pongo a pensar y digo: cómo puedes esperar que esté bien el fútbol peruano si como sociedad somos una porquería. Eso se ve reflejado en toda rama. Hay que hacer mea culpa y ojalá esto pueda mejorar por el bienestar de todos, porque es algo que se vive día a día. Las injusticias, los favores, las apuestas deportivas, en fin. Hay una serie de cosas que habría que cambiar.

Has comentado que es complicado pasar del compañerismo a la amistad en el fútbol. ¿Por qué crees que ocurre esto?

Si en la vida es difícil conseguir amigos, en el fútbol, imagínate, nadie es amigo de nadie. Por ahí, algunos conocidos. Yo quiero mucho a la gente de Sport Boys del Callao, a Paolo de la Haza, Corcuera, Carmona, gente con la que de repente tuve otro feeling, otras vivencias, pero amigos de verdad, es difícil. Aquí cada uno corre con su pañuelo. En la vida también es igual. Yo soy fiel creyente que el fútbol es como cualquier otro trabajo: tiene una fecha de caducidad. Y si no lo aprovechas bien en su momento, tienes que reinventarte en otras cosas.

¿Ha sido difícil alejarse del trajín del fútbol y adaptarse a la vida más convencional?

Sí, claro. Para mí, dejar el fútbol no fue fácil, pues era lo único que sabía hacer o lo que pensaba que sabía hacer. Ese cambio de integrarte a la sociedad como una persona común y corriente fue difícil, más en el sector inmobiliario, el rubro en el que estoy ahora. Fue duro, pero no me arrepiento, porque me ayudó como persona y me di cuenta que no solo sabía patear una pelota, sino que también tenía otras virtudes que ni yo mismo creía. Entonces, eso es así, no sé dónde estaré más adelante o qué estaré haciendo, pero, por ahora, he tomado la decisión correcta y voy a seguir por ese camino, que es el camino de bien, no hay otro.

¿Cómo inició esta aventura inmobiliaria?

Yo soy dueño de una inmobiliaria hace más de cuatro o cinco años. Tengo gente capacitada que trabaja para mí. Como cabeza de grupo, capacito a estas personas y, a la par, vivo de esto. Es un rubro totalmente diferente. ¿Cómo me inicié? Tengo un tío que construye propiedades y me acerqué ahí. Obviamente, el entorno te ayuda a crecer o a estancarte. Ese período me ayudó a darme cuenta que había otras cosas.

¿Ya estás acostumbrado a esa labor? ¿Echas de menos el fútbol?

No echo de menos el fútbol profesional. Disfruto ahora que juego con mis amigos los fines de semana, para mi excolegio. Definitivamente, me cuido más, debe ser por los tiempos en que uno se da cuenta de que la salud es lo primero. Soy un agradecido con el fútbol, porque me permitió conocer diferentes lugares, países y personas, pero si me preguntas si extraño el fútbol profesional, las concentraciones y esas vivencias, no.

El exjugador también lamentó que no haya un trabajo sostenido en inferiores. “No hay divisiones menores como antes, con reservas o preliminares. Ahora, llega cualquiera y con dos partidos ya los están vendiendo a Europa, los idealizan como si fueran sucesores de figuras que ya no hay”, comentó.

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