Es importante contar con una estrategia adecuada para lograr un resultado favorable para ambas partes.
Es importante contar con una estrategia adecuada para lograr un resultado favorable para ambas partes.

La renegociación del precio del alquiler puede ser un tema delicado, ya sea que venga desde el inquilino o el arrendatario. Sin embargo, esto suele ser más demandado por los arrendadores, con la finalidad de disminuir el costo que se paga mensualmente, mucho más en una economía en recesión.

En ese sentido, es importante contar con una estrategia adecuada para lograr un resultado favorable para ambas partes. Para ayudar a lograr ese objetivo, Luciano Barredo, gerente de marketing de Urbania y Adondevivir, brinda algunos consejos para este proceso:

  1. Investiga el mercado: Esto es crucial ya que el precio suele determinarse por el mercado actual de alquileres. Puedes encontrar información del precio mensual de tu distrito y hasta la zona en la que vives a través de los informes de índice de plataformas como Urbania. Estos te darán una base sólida para argumentar tu solicitud.
  2. Prepara tu caso: Ten listos todos los argumentos que justifiquen tu solicitud de reducción de renta. Considera los temas como el estado actual del mercado, la fluctuación de precios desde la firma del contrato, y cualquier otra circunstancia personal que pueda influir en tu capacidad de pago.
  3. Destaca tu valor como inquilino: Arrendar una vivienda no es sencillo para el dueño, y es que en muchos casos estos pueden generar problemas legales o hasta maltratar el inmueble. Si has sido un inquilino responsable, que paga a tiempo y mantiene la propiedad en buen estado, debes resaltarlo, ya que eso es altamente valorado por los propietarios.
  4. Sé abierto a la negociación: Más allá de solo pedir una reducción de la renta, considera otras condiciones que puedan hacer más atractiva la propuesta al propietario, tales como firmar un contrato más largo, renunciar a ciertos beneficios o incluso ofrecer pagar algunos meses por adelantado.
  5. Ten un plan B: Cuando negocias debes tener claros cuáles son tus límites y qué estás dispuesto a aceptar. Por ello, averiguar otras alternativas, principalmente cuando se tiene una fecha cercana para desocupar el inmueble, te da una posición de negociación más fuerte.
  6. Considera la ayuda de un profesional: Si no te sientes cómodo negociando personalmente o la situación es particularmente compleja, podrías solicitar el consejo de una persona especializada, tal como un agente inmobiliario, ya que su conocimiento del mercado y experiencia en este tipo de negociaciones podrían aumentar las probabilidades de éxito.
  7. Documenta todo: De llegar a un acuerdo, asegúrate que todos los cambios del contrato de arrendamiento sean por escrito y firmado por ambas partes. De esta manera estarán asegurados los intereses de ambas partes.

Por último, Barredo aconseja siempre mantener la cordialidad y el profesionalismo en cada conversación, ya que las negociaciones pueden llegar a ser tensas. “Mostrar respeto puede ayudar a mantener una buena relación en ambas partes, independientemente del resultado”, finaliza.

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