Con estudiantes que consumen videos cortos a diario y tienen una capacidad de atención de apenas 8 segundos, enseñar a la Generación Z se ha convertido en un verdadero desafío para los docentes. En este contexto, las universidades han comenzado a replantear sus métodos de enseñanza para adaptarse a un estilo de aprendizaje marcado por la rapidez, la visualidad y la inmediatez.
“Hoy el mayor desafío es conectar con una generación que creció en un entorno de inmediatez. Los primeros ocho segundos de una clase pueden definir si se capta o se pierde su atención. Por ello, debemos rediseñar la experiencia educativa desde el inicio, usando elementos visuales, preguntas provocadoras o casos reales”, explica Jorge Bossio, Director de Aprendizaje Digital e Innovación Educativa de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC).
En esa línea, Bossio detalla cinco estrategias que los docentes ya están aplicando con éxito en las aulas para mantener la motivación y compromiso de los estudiantes:
- Microlearning como base del aprendizaje: Consiste en diseñar contenidos breves y focalizados, como videos de menos de cinco minutos con un solo concepto, evitando la sobrecarga de información y aumentando en un 20 % la retención.
- Aula invertida: Los contenidos teóricos se envían previamente para ser revisados en casa, mientras que el tiempo de clase se utiliza en debates y proyectos prácticos, promoviendo la participación activa de los estudiantes.
- Plataformas interactivas: Herramientas como Kahoot, Mentimeter o incluso Minecraft se usan para gamificar el aprendizaje y fomentar la participación en tiempo real.
- Uso de recursos visuales y storytelling breve: Incorporar videos cortos, presentaciones dinámicas y casos reales conecta mejor con los estudiantes que consumen contenido en TikTok e Instagram.
- Microcredenciales por logros específicos: Las certificaciones digitales por módulos o cursos breves motivan a los alumnos y validan sus aprendizajes ante futuros empleadores. “En el caso de la UPC, se han otorgado más de 500 mil microcredenciales a más de 54 mil estudiantes en áreas de alta demanda como estrategia de negocios y ciencia de datos”, agrega Bossio.
“El objetivo no es reemplazar la educación tradicional, sino complementarla con metodologías que conecten con las nuevas generaciones y los preparen para los retos del mundo laboral, manteniendo la calidad académica”, concluye Bossio.
En la era del microcontenido, enseñar con formatos breves y dinámicos puede ser la clave para motivar a los estudiantes y garantizar que el aprendizaje sea tan ágil y atractivo como el contenido que consumen diariamente en redes sociales.