Un estudio prospectivo de Ayuda en Acción y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) proyecta que los jóvenes peruanos experimentarán cambios sustanciales en sus oportunidades laborales hacia 2030. Los jóvenes ocupados se concentrarán cada vez más en el sector servicios y dejarán progresivamente las ocupaciones asociadas al trabajo agrícola y manufacturero.
Esta expansión plantea serios desafíos de productividad y sostenibilidad para el Perú, al ser uno de los países analizados para llevar a cabo la proyección. A corto plazo, el cambio de sectores laborales podría ofrecer oportunidades de empleo formal a la juventud peruana. Sin embargo, el estudio subraya el riesgo de que, a mediano plazo, la falta de políticas públicas específicas para enfrentar los desafíos del sector servicios conlleve un aumento en la precariedad laboral y el desempleo juvenil.
En un contexto donde existe una triple trampa de bajo crecimiento, alta desigualdad y baja capacidad institucional y de gobernanza que afecta a América Latina, Perú se encuentra en una situación similar.
En términos de educación, el país ha logrado avances en el acceso y finalización en los distintos niveles educativos, pero aún persisten desafíos de inclusión y de calidad que obstaculizan trayectorias educativas y laborales satisfactorias. La tasa de finalización en la educación secundaria varía según el nivel socioeconómico, con brechas que crecen a medida que aumenta el nivel educativo.
A corto plazo, el cambio de sectores laborales podría ofrecer oportunidades de empleo formal a la juventud. Sin embargo, el estudio subraya el riesgo de que, a mediano plazo, la falta de políticas públicas específicas para enfrentar los desafíos del sector servicios conlleve un aumento en la precariedad laboral y el desempleo juvenil.
“Sin políticas públicas específicas para mitigar estos riesgos, las tasas de desempleo e inestabilidad laboral podrían crecer, sobre todo ante el impacto del cambio climático y otros procesos migratorios que intensifican la competencia laboral en zonas urbanas,” señala Matías Figueroa, directivo de la fundación Ayuda en Acción, quien ha presentado el informe junto con Andrés Espejo, oficial de asuntos económicos de la CEPAL.
Desafíos y proyecciones para 2030
El análisis de Ayuda en Acción y CEPAL plantea un escenario realista donde el 70% de la juventud ocupada en 2030 se concentraría en los servicios públicos y empresas (34,6%), comercio (30,2%) y servicios básicos (6,4%). Mientras que un menor porcentaje se ubicaría en manufactura (13,3%), agricultura (8,2%) y construcción (7,4%). Sin embargo, el informe también atiende a las diferencias entre los países, ya que dependiendo de las características particulares la intensidad del cambio será menor o mayor.
En el caso de Perú, la caída más marcada de la ocupación juvenil se dará en el sector agrícola, seguidamente de la industria manufacturera. Al mismo tiempo, se espera que el crecimiento en el empleo juvenil, dentro del sector servicios, se concentre en la construcción y servicios básicos, subsectores que se perfilan, así como los motores del nuevo mercado laboral del país. Sin embargo, el estudio insiste en que, sin políticas públicas específicas, la juventud peruana podría enfrentar mayor desempleo y precariedad laboral.