Tener una cuenta bancaria empresarial permite ordenar tus finanzas, cumplir con obligaciones legales y separar tus gastos personales del flujo de tu negocio. (Foto referencial: Freepik)
Tener una cuenta bancaria empresarial permite ordenar tus finanzas, cumplir con obligaciones legales y separar tus gastos personales del flujo de tu negocio. (Foto referencial: Freepik)

Abrir una cuenta bancaria es un paso esencial al iniciar un negocio. No solo aporta formalidad a las operaciones, también permite registrar ingresos y egresos de forma clara, además de cumplir con la bancarización obligatoria de los flujos económicos.

Según Alfredo Marín, gerente de Pasivos de BanBif, el tipo de cuenta más útil para operar un negocio es aquella que permite visualizar saldos y movimientos de manera digital y que tenga costos competitivos, ya que se trata de una cuenta de uso frecuente.

Marín recomienda considerar tres aspectos clave antes de abrir una cuenta para un negocio:

  1. Costos asociados: mantenimiento, transferencias, cobro de cheques, entre otros.
  2. Acceso a canales digitales: banca por internet, apps móviles y notificaciones.
  3. Remuneración de saldos pasivos: algunas cuentas generan intereses según el saldo.

Existen principalmente dos tipos de cuentas para empresas:

  • Cuenta corriente: permite sobregiros y el uso de chequera. Es la preferida por las empresas consolidadas.
  • Cuenta de ahorros para empresas: usada con mayor frecuencia en nuevas compañías. No permite sobregiros.

Pese a que las cuentas corrientes dominan en el mundo empresarial, el uso de transferencias interbancarias digitales ha ido desplazando la necesidad de chequeras físicas, facilitando la gestión de pagos y cobros.

Marín subraya tres beneficios fundamentales de usar una cuenta bancaria empresarial:

  • Cumplimiento legal: bancariza los flujos según lo exige la normativa tributaria.
  • Registro ordenado: facilita el seguimiento contable de ingresos y egresos.
  • Facilita transacciones: permite recibir pagos, depósitos y ejecutar cobros con mayor control.

Finalmente, el ejecutivo advirtió que muchos emprendedores inician operaciones con su cuenta personal, lo que puede generar confusión financiera. A medida que el negocio crece, se recomienda optar por una estructura jurídica como una EIRL o una SAC, para separar el patrimonio personal del empresarial y ordenar la asignación de recursos.

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