KNOxOUT: Arte para purificar el aire
KNOxOUT: Arte para purificar el aire

No muchas personas verían una pared en blanco como un problema, pero para Mathieu Reumaux (MR) y Alejandro González (AG) sí lo era. Afortunadamente, encontraron una innovadora solución: el KNOxOUT, una pintura fotocatalítica. Con este producto, además de embellecer su muro, podían purificar el aire. El descubrimiento llamó tanto su atención que se propusieron pintar cada gran avenida con este material, así nació la Asociación AIRE (Arte, Innovación, Responsabilidad y Ecología). Su mural más grande hasta ahora está en El Agustino, el distrito más contaminado de la novena ciudad con la peor calidad de aire del mundo: Lima.

¿Cómo nació la idea?

AG: Fue por una torre que íbamos a entregar en Ingroup, la consultora inmobiliaria con la que trabajamos. Teníamos un muro vacío y queríamos cambiarlo. Cuando descubrimos los revestimientos fotocatalíticos, la empresa decidió aportar un capital para que se cree la ONG como una herramienta que sirva a otras personas.

MR: Buscábamos vender el mejor estilo de vida posible en los edificios, pero al darles la vuelta, notamos que habíamos sembrado un nuevo lunar gris en medio de una ciudad gris.

¿Cómo dieron con esta pintura?

AG: Dos japoneses que fueron Premio Nobel en los 70 descubrieron que una molécula común y corriente en la pintura podía fraccionarse y mimetizar con la naturaleza.

MR: Hoy en día, el fotocatalítico existe también en concreto, asfalto y adoquines, pero nos interesó la pintura porque es la única que permite hacer cosas visualmente atractivas.

¿Cómo decidir qué irá en el mural?

AG: Cada proyecto es único y tiene un entorno particular. Cuando hay una comunidad alrededor, tratamos de conocer a la gente. Así, obtenemos expectativas y una problemática que enriquece el proceso. Después buscamos un artista adecuado para ese estilo o involucramos a la gente de la comunidad.

MR: En el caso de Puente Nuevo, un grupo de chicos de Toulouse Lautrec trabajó en el proyecto por cinco meses. Ellos hablaron con la gente e hicieron propuestas. Elegimos el proyecto de los testimonios de los niños sobre la contaminación porque era fuerte, participativo y podía reproducirse en otros sitios.

¿Qué tan importante es la parte social?

MR: Es la parte más importante. A veces hay intervenciones que no funcionan porque no fueron consultadas. Como lo ocurrido en el Centro de Lima cuando dicen “fue una persona escogida a dedo para el proyecto”, y eso se toma como excusa para quitarle legitimidad al arte.

AG: En El Agustino el mural fue una ventana de expresión para las voces del distrito. No impusimos nada. Ellos mismos hablan de su problemática y no hay nada más genuino.

¿Qué les impactó más de la respuesta de las personas en El Agustino?

AG: La reapropiación del espacio público. Solo para poner el andamio sacamos un metro de basura. Ahora no hay basura porque es un espacio que sienten suyo, les importa.

MR: La mayoría de comerciantes botaban su basura allí y ahora ya no porque viven frente a esta pared. Que 30 personas cambien su actitud hacia la ciudad es impresionante.

¿El mural es la solución para una ciudad con pocas áreas verdes?

MR: No reemplaza a los árboles, es complementario. Pero en una ciudad tan copada solo te queda la tercera dimensión. La política global de plantar árboles y cuidarlos se mantiene pero en una ciudad desértica, regar los árboles es complicado y sabemos que la huella hidrológica es grande. Por eso, debemos apuntar a la tecnología que es más barata.

¿Qué les gustaría lograr con este proyecto?

AG: Para nosotros es muy importante que todas las empresas e instituciones se sumen a la iniciativa con miras a tener impacto en ejes viales súper transitados, como la Vía de Evitamiento o la Vía Expresa.

MR: Es nuestra misión a mediano y largo plazo. Sitios que tienen miles y miles de usuarios diarios, donde hay un impacto más fuerte en el tema de educación vial y de transportes alternativos.

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