Belén Costa: “Para mejorar, hay que trabajar duro”

Con su metro ochenta de altura y su espigada figura, pocos creerían que Belén Costa es una joven promesa del taekwondo. Sin embargo, sus medallas y su determinación la acreditan a raudales. Desde niña se sintió cautivada por este deporte junto a sus hermanos Branco y Miguel, pero a diferencia de ellos, años atrás practicó ballet, situación que llevó a sus entrenadores a trabajar con ella esos suaves movimientos hasta convertirlos en las contundentes maniobras que posee este arte marcial. El esfuerzo dio resultados y Belén se convirtió en una dura contrincante en su categoría. “Mis amigos no creen que hago taekwondo hasta que me ven en un torneo”, señala, ya habituada a ese escepticismo.

¿Cómo te animaste a practicar taekwondo? Mis hermanos ya lo hacían, y un día también lo quise. Descubrí que era buena, y contra lo que mi mamá y mis profesores creían, insistí a llegar hasta donde estoy.

Antes hacías ballet, ¿por qué decidiste dejarlo? Empecé con el ballet porque un reclutador llegó a mi colegio buscando muchachas que tuviesen las condiciones para la danza. Mi mamá no lo dudó ni un segundo y me inscribió. Lo practiqué por varios años, pero lo hacía porque a ella le gustaba verme con los tutús puestos. A mí me parecía una vida un poco artificial.

¿Qué habilidades se necesitan para este deporte? Lo interesante de esta disciplina es que los deportistas son altos, pero con un peso que no corresponde a su cuerpo. Es algo que no se ve en otros deportes. Se trata de una disciplina de alto rendimiento que tiene sus riesgos.

¿En algún momento te has lesionado o tienes miedo de que ello suceda? Con lo frágil que era por el ballet, siempre tuve un pequeño temor. Ya había visto lesiones muy fuertes y me preocupé de caer en la misma circunstancia, aun así no salí librada. He tenido yeso tres veces en el mismo pie y también un desgarro. Son cosas que suelen ocurrir.

¿Cómo ha sido pasar de las competencias juveniles a la selección de mayores? Ingresé a mayores a los 16 años porque habían cupos libres. Me evaluaron a mí y a otros chicos más, y como vieron que teníamos habilidad, trabajaron rápidamente con nosotros. A pesar de ello, el cambio fue brusco. La mentalidad y el biotipo son diferentes.

¿Cómo haces para mantener la disciplina? Lo bueno de la selección de mayores es que quienes están allí lo practican porque les gusta. Nunca falta alegría a la hora de entrenar. No solamente por parte del deportista, s ino también por los entrenadores y toda la directiva. Todo se complementa, y yo lo disfruto mucho.

¿Siempre quisiste competir en taekwondo? ¿Hasta cuándo piensas hacerlo? Por mi talento me aconsejaron ingresar a la selección juvenil y esa meta se cumplió. Ahora lo que quiero es estudiar Administración y Hotelería y Turismo, siempre con el deporte de la mano. Sé que es complicado, pero he recibido varias charlas y tengo a otros deportistas de ejemplo.

¿Tus hermanos y tú son competitivos entre ustedes? Ahora ya no entrenamos mucho juntos, pero antes sí lo hacía con el mayor de ellos en la Villa Deportiva Regional del Callao. Cuando nos tocaba pelear, él no tenía compasión conmigo ni yo con él. Si se quiere mejorar, hay que trabajar duro. Tiene que ser lo más real posible.

¿Con qué te quedas de tu participación en Toronto? No estoy completamente satisfecha porque me hubiera gustado estar en el podio y siento que estuve cerca de lograrlo. Pero me llevo lo que aprendí y lo aplicaré en el siguiente torneo. Tengo que corregir mis errores, pulir y mejorar. También me he dado cuenta que soy bastante joven y creo que para Lima 2019 voy a estar en mejores condiciones.

¿Cuál es tu objetivo en el plano deportivo? Llegar a Lima 2019, porque el año que viene buscaré un cupo para las Olimpiadas de Río. Si estar en los Panamericanos ha sido una gran fiesta, llegar a una Olimpiada sería alcanzar la perfección.

ALGO MÁS.

- A los 16 años fue la primera peruana en ganar una medalla de oro en los I Juegos Sudamericanos de la Juventud Lima 2013. En marzo de este año clasificó a los Juegos Panamericanos de Toronto.

- 12 años tenía Belén cuando empezó a practicar con Gustavo Morán, cinturón negro V Dan.