En el mercado corporativo, calcular mal el valor real de una propiedad puede alargar los tiempos de venta o alquiler, alejar oportunidades de negocio o incluso afectar decisiones clave dentro del portafolio inmobiliario. Ya sea por sobrevaloración o subestimación, una tasación incorrecta puede jugar en contra de los intereses del propietario.
“La valuación de un inmueble corporativo no es una fórmula simple ni puede basarse solo en lo que se percibe. Hay elementos técnicos, legales y de mercado que deben analizarse en conjunto para tener una cifra objetiva, defendible y estratégica”, explica Denise Vargas, Market Research Coordinator de Cushman & Wakefield.
Uno de los errores más frecuentes es que los propietarios estimen el precio de sus inmuebles basándose en percepciones subjetivas o en comparaciones informales con otras propiedades. A menudo, se confunde el valor de mercado con un componente emocional o con una apreciación que no toma en cuenta todas las variables que rodean al inmueble y lo afectan en el presente, lo que puede llevar a expectativas poco realistas. “Además, ignorar la normativa técnica puede llevar a cálculos erróneos y a tomar decisiones poco acertadas”, agregó Vargas.
Ante lo expuesto, con el objetivo de logar una valoración mucho mas precisa de sus activos inmobiliarios, se recomienda considerar lo siguiente:
- Contratar los servicios de un tasador con experiencia. Es necesario considerar que la valoración de cada tipo de inmueble implica el análisis bajo distintas metodologías de acuerdo con sus características y condiciones. Un profesional capacitado conoce el procedimiento, los criterios específicos y normativas aplicables según el tipo de inmueble al momento de valorar un inmueble.
- Comparar con criterio técnico. No basta con considerar un precio por metro cuadrado, es esencial considerar que la muestra de inmuebles en el mercado-que se releve- tenga características realmente comparables en cuanto a su ubicación específica, zonificación, implementación y de no ser así, aplicar un proceso de homologación adecuado que permita reflejar un valor más preciso.
- Tener documentación actualizada y oportuna. La inspección del inmueble, la experiencia del profesional y la información documentada sobre la propiedad —que permite identificar sus características y condiciones actuales — son las principales fuentes de información al momento de realizar la valorización de un activo. Mientras más actualizada y exacta sea esta información, mejor podrán considerarse todas las variables relevantes, especialmente aquellas que podrían implicar cambios en las metodologías a aplicar o en las superficies a evaluar.
- Analizar el contexto de mercado. Factores como la tasa de vacancia, la absorción de superficie y tasas de capitalización pueden influir directamente en el análisis del valor del inmueble, especialmente al aplicar ciertas metodologías de valorización que miden el rendimiento de la propiedad. Asimismo, el comportamiento y la interacción de los distintos actores del mercado (compradores, vendedores, inversionistas, desarrolladores e instituciones públicas también pueden impactar en la estimación del valor final de la propiedad.
- Considerar el potencial futuro del activo. Al valorar un activo inmobiliario, es clave analizar su potencial para el desarrollo de proyectos futuros y la rentabilidad que estos podrían generar para un desarrollador o inversionista. Por ello, si el inmueble lo precisa, es importante e indispensable considerar este enfoque para tener un panorama completo del valor de predio.